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El escritorio del alcalde

Un saldo prioritario
Por Anthony Flint, Setembro 2, 2020

 

Muriel Bowser alcanzó un protagonismo nacional este año por ser una voz destacada en la pandemia del coronavirus y el movimiento por la justicia racial. Bowser fue electa alcaldesa de Washington, DC, en 2014 y reelecta en 2018. Es una gran defensora del movimiento por otorgar categoría de estado a DC y ocupa un cargo único: es gobernadora y directora ejecutiva de condado, y también alcaldesa. Desde que asumió su cargo, ha buscado acelerar la producción de viviendas asequibles en el Distrito, que alberga a 706.000 personas en 176 kilómetros cuadrados y cuenta con un presupuesto de US$ 16.000 millones. Además, trabajó para diversificar la economía local, aumentar la satisfacción con los servicios de la ciudad e invertir en programas y políticas que apoyen a las familias. Bowser nació y creció en DC, inició su carrera política en 2004 como comisionada asesora de vecindarios para el barrio Riggs Park y en 2007 entró en el concejo del Distrito Electoral 4. Hace poco, nos cedió un tiempo de su agenda de alcaldesa de la capital de la nación para conectarse por correo electrónico con Anthony Flint, miembro sénior del Instituto Lincoln.

Anthony Flint: Asumió su cargo a principios de 2015. ¿Hubo algo que la pudo haber preparado para el 2020? ¿Cómo ve que se desarrollará lo que queda de este año turbulento? ¿Confía en la gestión ante el coronavirus?

Muriel Bowser: Como ciudad global, nos preparamos constantemente para un abanico de impactos y tensiones. Sin embargo, está claro que este es un evento inaudito que exigió una respuesta inaudita. Los residentes y las empresas hicieron sacrificios tremendos por la salud y la seguridad de la comunidad. Como Distrito, tenemos la suerte de que encaramos la crisis desde una posición de fortaleza. Eso nos permitió empezar a implementar muchos recursos de inmediato para proteger y apoyar a los residentes, como entregar alimentos para personas mayores, crear sitios de distribución gratuita de productos de almacén para quienes los necesitaran o establecer sitios de pruebas gratuitas en toda la ciudad y contratar enseguida cientos de rastreadores de contacto. Desde que comenzó la emergencia, nos hemos centrado mucho en seguir a la ciencia, oír a los expertos y mantener informada a la comunidad. Ojalá eso continúe hasta que podamos superar esto. Pero en general, estoy muy orgullosa de cómo respondió la población de Washington al desafío.

AF: ¿Qué expresa el mural de “Las vidas negras importan” sobre la calle 16th Street frente a la Casa Blanca (replicado en muchas otras ciudades) sobre la dinámica del dominio público y el cambio social?

MB: Decidí crear el Paseo “Las vidas negras importan” cuando las protestas pacíficas contra el racismo sistémico se encontraron con gas lacrimógeno, helicópteros federales y soldados camuflados ocupando nuestras calles locales. Y lo que hicimos fue crear un lugar donde la población estadounidense pudiera unirse para protestar y reparar, para crear estrategias y sanar. La población de todo el país se volcó a la calle para exigir un cambio. Ya sea mediante protestas o arte, o una combinación de protestas y arte, la gente está usando el dominio público para enviar un mensaje claro: que las vidas negras importan, que la humanidad negra importa, y que debemos saldar esta cuenta y reparar los sistemas rotos que perpetúan el racismo y la injusticia desde hace demasiado tiempo.

AF: En 2019, estableció un objetivo para 2025, de crear 36.000 unidades de vivienda nuevas (12.000 de ellas asequibles). ¿Cuáles son las cosas esenciales que deben ocurrir para crear más opciones de vivienda en Washington?

MB: Cuando asumí el cargo, llevamos a más del doble la inversión anual en el Fideicomiso para la Producción de Viviendas de DC, a US$ 100 millones al año. Es el mayor valor per cápita de todas las jurisdicciones. Y no solo estamos invirtiendo: estuvimos sacando ese dinero y poniéndolo en proyectos que producen y conservan miles de viviendas asequibles en toda nuestra ciudad. Pero debemos hacer más. Como usted destacó, en DC tenemos un objetivo grande: construir 36.000 viviendas nuevas para 2025, y que al menos un tercio de ellas sea asequible. El año pasado, nos convertimos en la primera ciudad de la nación en establecer metas de vivienda asequible por vecindario. Cuando anunciamos esas metas, también organizamos conversaciones comunitarias en vecindarios de toda la ciudad para debatir con los residentes sobre el legado persistente de las diversas prácticas discriminatorias y sobre cómo podemos trabajar en conjunto para mejorar. Algunas de las medidas que estamos tomando para lograrlo son: una reducción impositiva en zonas de alta necesidad, cambios en el programa de zonificación inclusiva y continuar con esas inversiones grandes (y estratégicas) del Fideicomiso para la Producción de Viviendas.

AF: Si la economía de la ciudad se recupera de la pandemia, es probable que Washington continúe con su historia de logros con relación al renacimiento urbano. ¿Qué políticas implementó para abordar el aburguesamiento y el desplazamiento, tanto residencial como comercial?

MB: Sé que Washington se podrá recuperar de esta pandemia. Aún tenemos más de 700.000 habitantes que tienen capacidad de recuperación y creatividad, y se centran en ayudar a sus pares a superar la situación; sobre esa base, sé que superaremos esto.

Cuando entramos en emergencia sanitaria pública, ya nos centramos mucho en construir una ciudad más inclusiva y procurar que los beneficios de nuestra prosperidad llegaran a más habitantes. Esta pandemia no hizo más que amplificar la importancia de nuestras labores por la igualdad. Y al avanzar con la respuesta y la recuperación, aún nos centramos en cómo nos acercamos a nuestras metas de vivienda, empleo, atención médica y más. Seguimos invirtiendo más de US$ 100 millones en viviendas asequibles. Estamos avanzando con nuestro plan estratégico para lograr que no haya más personas sin hogar, y abrimos refugios nuevos y más dignos en toda la ciudad. Los programas para adquirir una vivienda continúan. Observamos los números reales de las viviendas para ver cómo podemos ayudar a más residentes a quedarse y construir su futuro en DC.

Y también apoyamos a las pequeñas empresas y los emprendedores locales. Por ejemplo, hace poco anunciamos una nueva estrategia de inclusión equitativa que aumentará el acceso a oportunidades de desarrollo para organizaciones que pertenecen de forma total o mayoritaria a individuos de la población en desventaja social.

AF: ¿Qué tipo de importancia atribuye a la oficina de planificación de su ciudad, y por extensión, quién se está desempeñando bien en la práctica de planificación en otras ciudades?

MB: Es esencial no solo que planifiquemos para el crecimiento a largo plazo de DC, sino también que procuremos que el crecimiento refleje los valores de una ciudad inclusiva y dinámica. Mi Oficina de Planificación tiene un papel crucial en la promoción de nuestras metas de viviendas, y nos ayuda a construir una ciudad que trabaja para la población de todos los entornos y niveles de ingresos. Dado que la oficina de planificación puede ofrecer análisis de políticas, hacer consideraciones a largo plazo y tener un alcance comunitario, además de encargarse de las necesidades de implementación en cuanto a la zonificación y el uso territorial, para mí es uno de los organismos de la vivienda. Trabajan junto con el departamento de vivienda tradicional, la autoridad de viviendas sociales y el organismo de financiamiento de viviendas para analizar las viviendas y la capacidad de pago.

Respecto de otras ciudades, lo que es interesante es que en todo el país también están pasando muchas cosas fantásticas a nivel local, y las ciudades y los pueblos están creando soluciones innovadoras que están a la altura de sus necesidades únicas, desde Los Ángeles hasta Gary, Indiana, y Boston. Las ciudades son incubadoras de innovación, y si bien no siempre tenemos los mismos desafíos (por ejemplo, algunas ciudades tienen muchas personas y pocas viviendas, y otras tienen muchas viviendas y pocas personas), siempre estamos aprendiendo unas de otras.

AF: ¿Qué pueden hacer las ciudades ahora para enfrentar la crisis climática, que sigue avanzando, aunque en este momento esté eclipsada por las otras emergencias que estuvieron ocupando lugares más protagónicos?

MB: La justicia medioambiental debe ser parte de la conversación más amplia que tenemos a nivel nacional en este momento. Por ejemplo, sabemos que el daño causado por el cambio climático antropogénico tiene un impacto desproporcionado en las comunidades de color. Además, cuando observamos el impacto desproporcionado que la COVID-19 tiene en las personas negras estadounidenses, vemos el vínculo directo con el trabajo que debemos hacer para construir comunidades más saludables y con mayor capacidad de resistencia. Es toda una conversación sobre igualdad y justicia. En DC tenemos varios programas, como Solar for All, que se centran en combatir el cambio climático y a la vez responder a la desigualdad y otras disparidades. No debemos aislar estas problemáticas; podemos y debemos centrarnos en todo.

 


 

Fotografía: La alcaldesa Bowser observa el mural de “Las vidas negras importan” que encargó para la calle 16th Street, que lleva directo a la Casa Blanca. Crédito: Khalid Naji-Allah.