Topic: Valuation

2018 National Conference of State Tax Judges

October 11, 2018 - October 13, 2018

Chicago, IL United States

Offered in English

The National Conference of State Tax Judges meets annually to review recent state tax decisions, consider methods of dealing with complex tax and valuation disputes, and share experiences in case management. This meeting provides an opportunity for judges to hear and question academic experts in law, valuation, finance, and economics, and to exchange views on current legal issues facing tax courts in different states. This year’s program includes sessions on using Marshall & Swift manuals by CoreLogic to calculate building costs and depreciation, judicial writing, post-disaster property valuation, and the impact of the federal tax reform on state and local taxes.


Details

Date
October 11, 2018 - October 13, 2018
Registration Period
July 6, 2018 - August 15, 2018
Location
Chicago, IL United States
Language
English

Keywords

Dispute Resolution, Land Law, Legal Issues, Local Government, Public Policy, Taxation, Valuation

2018 Urban Economics and Public Finance Conference

May 4, 2018 - May 5, 2018

Cambridge, MA United States

Free, offered in English

The economic growth and development of urban areas are closely linked to their revenue sufficiency and fiscal prospects. This research seminar offers a forum for new academic work on the interaction of these two fields. It provides an opportunity for specialists in each area to become better acquainted with recent developments and to explore their potential implications for synergy.


Details

Date
May 4, 2018 - May 5, 2018
Time
8:30 a.m. - 12:00 p.m.
Location
Lincoln Institute of Land Policy
113 Brattle Street
Cambridge, MA United States
Language
English
Registration Fee
Free
Cost
Free
Downloads

Keywords

Economic Development, Economics, Housing, Inequality, Land Use, Land Use Planning, Land Value, Land Value Taxation, Local Government, Property Taxation, Public Finance, Spatial Order, Taxation, Urban, Valuation, Value-Based Taxes

Course

Fundamentos para la Gestión de la Valorización del Suelo

March 31, 2018 - May 8, 2018

Online

Free, offered in Spanish


El curso trabaja con una definición amplia de gestión social de la valorización inmobiliaria. Presenta conceptos fundamentales, discute argumentos y analiza evidencias sobre la relación entre las prácticas urbanísticas (tanto del sector público como del privado), el comportamiento de los mercados de suelo y los sustentos legales de la gestión social de las plusvalías generadas por el suelo urbano.

Ver la convocatoria


Details

Date
March 31, 2018 - May 8, 2018
Application Period
March 1, 2018 - March 19, 2018
Selection Notification Date
March 27, 2018 at 6:00 PM
Location
Online
Language
Spanish
Cost
Free
Registration Fee
Free
Educational Credit Type
Lincoln Institute certificate

Keywords

Land Value, Valuation

A drone flies over Buenos Aires

La revolución de los drones

Los geodatos generados mediante UAV mejoran las políticas de suelo desde América Latina hasta China
Por John Wihbey, October 31, 2017

Los drones revolucionan la recolección de datos y el mapeo, y dan lugar a grandes cambios y nuevas oportunidades en los campos de la gestión de suelo, políticas y defensa. 

Los vehículos aéreos no tripulados (UAV) empezaron a usarse de forma generalizada en todo el mundo hace una década aproximadamente, cuando su costo cayó rápidamente en el mercado de consumo. En los países en vías de desarrollo y en las zonas que se urbanizan a toda velocidad, los drones se están convirtiendo en una herramienta esencial para garantizar los derechos territoriales, actualizar los mapas en línea en tiempo real y comprender los patrones de los asentamientos no planificados. Desde América Latina hasta Asia Meridional se están lanzando drones en los sectores de la información geoespacial y la gestión territorial. Esta actividad está a cargo de agrimensores, para definir parcelas urbanas específicas; tasadores, para determinar el valor de un terreno en un territorio periurbano; y empleados privados y públicos, para actualizar información territorial.

Los drones pueden poseer cámaras aéreas multiespectrales de formato pequeño y producir imágenes tanto del entorno visible como del espectro infrarrojo; esta capacidad técnica ofrece un complemento importante a la fotografía aérea tradicional e incluso a las imágenes satelitales de alta resolución. Dado que los UAV pueden volar muy bajo y seguir patrones estrechos y repetitivos, pueden crear imágenes detalladas con resolución de un centímetro o, mejor, permitir crear imágenes tridimensionales. 

Además, su potencial democrático está generando entusiasmo, dado que dan más poder a los ciudadanos, a las organizaciones no gubernamentales y a otras redes informales más pequeñas. “Los drones marcarán la diferencia en los procesos de políticas y de toma de decisiones, dado que los ciudadanos participan en la creación de datos en momentos críticos”, destaca Diego Alfonso Erba, ingeniero tasador y experto en sistemas de gestión de suelo en América Latina. “Los ciudadanos pueden controlarlos, tomar fotos de una situación y compartir los resultados con las autoridades. En situaciones que evolucionan a toda velocidad, en las que se observa la generación de asentamientos informales, extracciones de recursos no autorizadas o conflictos, los drones pueden ofrecer pruebas a los sistemas legales”. 

El uso pionero de los drones en América Latina para enriquecer y mejorar las políticas y la gestión de suelo está haciendo eco en todo el mundo. “En China estamos haciendo lo mismo”, dice Zhi Lui, director del programa en China del Instituto Lincoln y director del Centro de desarrollo urbano y políticas de suelo de la Universidad de Pekín y el Instituto Lincoln (PLC), de Beijing. En Asia Oriental, los drones están ayudando en las investigaciones y experimentos nuevos de alta tecnología para modernizar los registros de usos contemporáneos y para ayudar a abordar otros desafíos a gran escala, como la implementación potencial de un impuesto inmobiliario.

Catastros: registros territoriales públicos en América Latina 

En América Latina y Asia, los drones demuestran ser particularmente útiles en la evolución de los “catastros” territoriales: registros públicos que gestionan la información relacionada con parcelas y que tienen una función clave en la toma de decisiones sobre el uso territorial en toda América Latina.

En gran parte de la región los sistemas territoriales de catastro existentes provienen de un modelo “ortodoxo” importado hace siglos desde la Europa colonial, según relata Erba, coautor de Making Land Legible: Cadastres for Urban Planning and Development in Latin America (Para leer el suelo urbano​: catastros multifinalitarios para la planificación y el desarrollo de las ciudades de América Latina), publicado en 2016 por el Instituto Lincoln. Erba encabeza un trabajo que pretende actualizar estos sistemas de registro territorial a los que se conoce como “catastros multipropósito (MPC, por su sigla en inglés)”; y los drones tienen un papel crítico en esta evolución. 

Los catastros tradicionales u “ortodoxos” se mantienen como registros públicos gracias a organismos gubernamentales. No son válidos para la creación de políticas urbanas actuales porque solo cubren parcelas privadas y dan pocos detalles sobre los atributos físicos, legales y económicos. En cambio, los catastros multipropósito se mantienen gracias a las partes interesadas voluntarias de una jurisdicción que se comprometen a enviar información más completa e inclusiva sobre una ciudad. Los MPC pueden incluir datos alfanuméricos y catastros temáticos o específicos de un dominio, relacionados con el entorno, los sistemas de transporte o las redes de servicios, y se pueden organizar por organismos gubernamentales o privados. Algunos beneficios pueden ser un mejor planeamiento urbano, impuestos más equitativos que aumentarán la renta y una base impositiva más amplia. 

“La integración de datos que ofrece el modelo de MPC es la forma más directa de identificar y controlar las características económicas, físicas, legales, ambientales y sociales de las parcelas y sus ocupantes”, observan Erba y su coautor, Mario Piumetto, un tasador territorial especialista en sistemas de información geográfica. “Los planificadores necesitan esta información para gestionar el crecimiento de las ciudades, definir estrategias de financiación urbana, reducir la informalidad y analizar el impacto de las intervenciones del gobierno” (Erba y Piumetto, 2016). Con la democratización de las herramientas de monitoreo geoespacial, la tecnología de los drones ayuda a facilitar el camino hacia los MPC con múltiples interesados. 

Las ciudades latinoamericanas consolidadas con catastros existentes utilizan drones para abordar desafíos asociados con la construcción informal. Por ejemplo, Erba y Piumetto destacan la villa 31, una de las zonas más valiosas de Buenos Aires, donde unas 40.000 personas erigieron construcciones informales de hasta cinco pisos en una superficie de 100 manzanas. En 2016, el gobierno lanzó un sondeo por dron junto con un escáner láser a nivel del suelo que creó un modelo 3D y generó estadísticas sobre la ocupación de viviendas, calles y espacios públicos. Con esta imagen más precisa del desarrollo residencial, las agencias y las partes interesadas están mejor posicionadas para que los habitantes informales hagan una transición para poseer las propiedades formalmente y participen en los procesos de planificación. 

Ecuador también es una prueba de cómo los catastros mejorados por drones pueden promover la capacidad de recuperación. La ciudad de Portoviejo utiliza drones para hacer cumplir las reglamentaciones que prohíben ocupar espacios públicos. Las autoridades compararon registros de 2010 con imágenes de control tomadas por drones y se determinó que más de 7.000 construcciones nuevas violaban la normativa. En abril de 2016 este registro de asentamiento en tiempo real, que es más preciso, demostró ser imprescindible cuando un terremoto de 7.8 puntos causó estragos en las estructuras de todo Portoviejo y mató a más de 200 personas. Las fotos que se tomaron luego del terremoto se compararon con grabaciones recientes de drones; así, se facilitaron los trabajos de rescate y reconstrucción.

Valuación masiva con ayuda de SIG en China

En China, los drones podrían resultar de gran utilidad en los trabajos actuales para calcular el valor de las propiedades (ver pág. 8). Desde 2003, China espera que se introduzca un impuesto inmobiliario municipal sobre la tenencia privada de propiedades residenciales, algo que durante muchas décadas, los gobiernos municipales no pudieron hacer. Sin embargo, la mayoría de las ciudades se enfrentan a una barrera técnica inmensa: no hay un sistema de tasación de propiedades ni una base de datos. Los investigadores esperan que los drones puedan ayudar a formar la base subyacente para hacer las tasaciones. 

“El asunto es cómo podemos ayudar a tantas ciudades de China a desarrollar con rapidez un sistema de catastro, que es la base de los sistemas de impuestos inmobiliarios”, confiesa Liu, y destaca que el PLC financia un proyecto de investigación en China orientado a ofrecer innovaciones en esta materia. En la etapa siguiente, los investigadores de China deberán combinar los datos de derechos de propiedad con representaciones 3D de parcelas creadas por tecnologías de drones. Es indispensable que el gobierno entregue a los investigadores todos los datos relativos a derechos de propiedad, como información formal de propiedad y el tamaño de las unidades, parcelas y edificios, para poder emparejar las imágenes 3D de forma precisa. Liu destaca que, en muchas ciudades, no se sabe si estos registros están totalmente digitalizados. Si bien los datos generados por drones no pueden ofrecer la documentación de propiedad que falta, eventualmente, los datos mejorados sobre las parcelas acelerarán el proceso de generar un sistema de catastro preciso. 

Chun Zhang, profesor de planificación de ciudades en la Universidad Beijing Jiaotong y líder del proyecto financiado por el PLC, dice que en este momento los drones están usando fotografía con efecto diorama (mediante el cual los rasgos fotografiados pueden parecer una representación en miniatura) y crean modelos 3D con las imágenes capturadas. Luego, el proyecto ofrecerá información espacial básica. Hoy, las técnicas de drones se aplican en pueblos pequeños como Jimingyi, Shexian y Gubeikou. Pero a medida que los investigadores avanzan con los experimentos con drones, se están encontrando con límites técnicos y normativos. “La zona de sondeo no puede ser demasiado grande”, destaca Zhang, debido a los límites de la batería del dron. “La dificultad más importante para los investigadores es el control aéreo en ciertas zonas [limitadas]; por ejemplo, en el 6.º anillo de Beijing”. Pero esto no debería ser un problema si los gobiernos municipales deciden usar drones para desarrollar una base de datos de propiedades en 3D. 

La tasación de las propiedades escapa al alcance del proyecto de investigación actual de Zhang, pero será un desafío a gran escala en China. En última instancia, el proceso de trabajo intensivo se podría resolver mediante métodos informáticos con la ayuda de datos generados por drones. Liu indica que en Estados Unidos los gobiernos locales usan técnicas de valuación masiva asistida por computadora (CAMA) desde hace mucho tiempo para tasar todas las propiedades de una zona determinada. “En China, trabajamos con unas pocas ciudades que están perfeccionando el modelo de valuación masiva asistida por computadora para incorporar gran cantidad de datos y poder tasar el valor de una propiedad con mayor precisión”, dice Liu. Ese tipo de trabajo podría ser la siguiente etapa de la investigación. Pero la etapa actual aún se concentra en descifrar qué nivel de unificación se puede lograr entre los registros de propiedad existentes y los datos de los drones. 

En el contexto de los registros territoriales, resulta imprescindible usar drones para la identificación inicial y provisoria de límites físicos de propiedad, en las ciudades y jurisdicciones en las que todavía no hay un sistema formal de administración territorial y la estructura del territorio se desconoce.

Caminos hacia la revolución de los drones

Hoy, los drones funcionan con una capacidad crucial en un abanico de casos de uso en políticas de suelo y atienden necesidades culturales y legales, pero su historia de desarrollo y uso es evidentemente más profunda. La evolución hacia un uso comercial y recreativo más amplio (que incluye una definición más específica de políticas de suelo) es un poco la típica historia de los efectos secundarios de la innovación tecnológica. Su desarrollo original y el prototipo de las tecnologías de vuelo se dieron en gran parte en el contexto de la investigación militar. Pero algunos de los logros técnicos más importantes necesarios para que la instrumentación requerida para volar estuviera disponible a precios razonables fueron el resultado de las “guerras de los smartphones”, en las que varias empresas de tecnología de comunicación competían en el perfeccionamiento de hardware y software eficiente para brújulas, giroscopios, altímetros y otros instrumentos (Anderson, 2017).

Aun así, aunque la tecnología estuviera lista y la economía fuera ideal para que el público la usara de forma generalizada, el entorno de políticas para el uso de los drones debía madurar. Por ejemplo, en Estados Unidos, la Administración Federal de Aviación intentó luchar con la demanda comercial y de consumo, y al mismo tiempo equilibrar las preocupaciones sobre los conflictos con las rutas de vuelo de las aeronaves tripuladas y la invasión potencial de la privacidad y los derechos territoriales. Como se indicó anteriormente, estos tipos de debates sobre políticas se están llevando a cabo en todo el mundo.

Sin embargo, muchas de las tecnologías en desarrollo se concentran en los territorios agrícolas, donde la competencia de intereses y los conflictos son mínimos. Se espera que la agricultura sea el sector principal para el uso comercial de las tecnologías de drones. Dado que se puede utilizar instrumentación de un dron para medir rastros de radiación y el espectro infrarrojo, estos tienen un potencial masivo para hacer mejoras en el rendimiento de las cosechas y en la agricultura en general (Wihbey, 2015). Pero los beneficios no fueron distribuidos de forma igualitaria en la última década, dado que los países como Japón y Canadá abrieron el espacio aéreo agrícola, mientras que Estados Unidos aún debate dónde abrir las políticas de espacio aéreo para la agricultura (Lewis, 2017). Para llevar la tecnología a una escala agrícola, se necesitará que los drones vuelen a una latitud muy superior, fuera de la vista de los operadores terrestres. En cualquier caso, la idea de “agricultura de precisión” se puso de moda en todo el mundo con potenciales beneficios medioambientales, como reducción y mejor concentración en el uso de pesticidas y otros químicos. Y seguramente, los avances alcanzados en los ambientes agrícolas rurales también se podrán usar, por ejemplo, para controlar reservas forestales y poblaciones de vida silvestre, y para los trabajos mundiales para limitar la expansión de asentamientos no planificados y garantizar la sustentabilidad ecológica (Paneque-Gálvez et al., 2014). 

Las políticas relacionadas con la capacitación, licencias y certificaciones que necesitan los operadores de drones siguen evolucionando en muchos países y, por supuesto, el sondeo territorial formal en sí posee sus propios estándares profesionales que integran estas nuevas tecnologías. El uso recreativo o de ciudadanos, y el control informal del suelo y los espacios urbanos están destinados a complicarse cada vez más, dado que surgen nuevos desafíos y posibilidades de observación con el uso de técnicas de “enjambre” y múltiples drones de forma simultánea. También surge un potencial de mayor autonomía, porque el software los hace más inteligentes y los independiza de los operadores humanos (The Economist, 2017).

Desafíos

Los drones podrían resultar ser una herramienta indispensable para afrontar los problemas extensos de uso de suelo que se espera que surjan en las siguientes décadas a medida que el mundo se urbaniza velozmente, como viviendas inasequibles o escasez de suelo disponible para espacios abiertos (Wihbey, 2016). De hecho, pueden ofrecer una especie de “salto en rango” tecnológico parecido a la conectividad a Internet desde los celulares, que permitió a muchas personas y sociedades de los países en vías de desarrollo conectarse con la web sin la necesidad de tener líneas de banda ancha en el hogar. 

Zhi Liu, director del PLC, considera que los catastros multipropósito podrían ofrecer soluciones, pero muchas ciudades de Asia necesitarán avances tecnológicos, además de voluntad política y apoyo público, para mejorar y actualizar sus catastros, dado su crecimiento veloz. Los experimentos en las ciudades pequeñas y pueblos de China pueden resultar útiles para otras ciudades más grandes de la región, o incluso para países de todo el mundo. 

Las normativas en toda América del Sur y Central evolucionan para mantenerse al día con el uso extendido de los drones como herramientas para actualizar las políticas de suelo en la región. Los funcionarios estiman que en 2015 había 20.000 drones en funcionamiento solo en Brasil, con funciones principales en la agricultura, minería, inspecciones de infraestructuras, seguridad y control de fronteras y la diagramación de zonas ambientales y ciudades, según Erba y Piumetto. En mayo de 2017, gracias a este crecimiento, la Agência Nacional de Aviação Civil o ANAC de Brasil emitió nuevas normas de seguridad y operación, que citan y siguen específicamente definiciones de otras autoridades de aviación civil, como las que se encuentran en Estados Unidos y la Unión Europea (ANAC, 2017). 

En México, la Dirección General de Aeronáutica Civil emitió una serie de normas similares que apuntan a evitar accidentes y proteger a terceros y propiedades en tierra y en vuelo. En Argentina, los vuelos que superan los 122 metros precisan autorización, y también hay limitaciones que dependen del peso del equipo, las zonas sobre las que vuela y la información que se recopila.

Nuevas fronteras para los drones

Muchas instituciones de todo el mundo se han interesado en aprovechar las tecnologías de los drones para resolver problemas administrativos antiguos, en particular en zonas que sufrieron las condiciones adversas de conflictos o dificultades económicas. Por ejemplo, el Banco Mundial destacó los trabajos en los Balcanes luego del conflicto, donde en algunas zonas de Kosovo todavía hay problemas, ya que los dueños de propiedades, en su mayoría hombres, fueron asesinados en la guerra regional de la década de 1990. Las mujeres que quedaron en la zona han luchado por restablecer el orden en lo que respecta a las propiedades y las políticas de suelo, dada la falta de registros formales. El Banco Mundial comentó: “El tiempo, el costo y la complejidad de los sondeos y registros convencionales de suelo. . . son un obstáculo para estas mujeres. Suelen llevar años y son demasiado costosos, por lo que estas mujeres no tienen información ni protección legal de sus derechos” (Banco Mundial, 2016). Por lo tanto, se están usando drones en conjunto con la Autoridad Mapeadora de Kosovo para realizar actividades de mapeo catastral. 

Además, los expertos del Banco Mundial destacan que los drones resultan ser armas efectivas en la lucha por los derechos de suelo en zonas subdesarrolladas del continente africano (Totaro, 2017). Mientras que cerca del 90 por ciento de Europa está mapeada a nivel local, apenas el 3 por ciento del continente africano posee mapas con la misma resolución. Dado que las zonas costeras se desarrollan a toda velocidad para hoteles y para uso comercial o residencial, los drones podrían ayudar a las comunidades a mantenerse al día con el desarrollo y adquirir una recaudación tributaria acorde. 

En resumen, la fuerza de los drones proviene de la información cargada de detalles que pueden recopilar a un costo relativamente bajo; incluso pueden crear modelos 3D de buena calidad de calles y propiedades, y acelerar la recopilación de datos. Pero se deben tener en cuenta ciertas debilidades. Los UAV poseen limitaciones en el territorio de cobertura, la velocidad y la autonomía de vuelo. Las condiciones meteorológicas adversas también son un problema importante. 

Hasta ahora, los drones demostraron ser más efectivos en las operaciones urbanas, que suelen requerir muchos detalles y gran cantidad de datos. En toda decisión de lanzar drones para cualquier tarea se deben considerar costos y beneficios. Podría ser suficiente con las imágenes satelitales en alta resolución (que hoy llegan a los 30 cm de resolución); si la zona a sondear se extiende por más de 25 km, los archivos de imágenes satelitales pueden ser más apropiados y eficientes. 

Aun así, los drones ofrecen posibilidades que ninguna otra tecnología aérea de sondeo ofrece, dado su lanzamiento masivo en el mercado. Erba dice: “Los drones democratizarán la recolección y el análisis de la información geoespacial. Pronto, todos tendrán acceso a las herramientas que hace algunos años solo poseían los dueños de satélites. Se podrían enviar fotos a la nube todo el tiempo”. Y destaca que esta nueva habilidad podría fortalecer muchos tipos de transparencia y responsabilidad, y además ofrecer eficiencia al gobierno: “Las fotos aéreas de zonas invadidas o deforestadas tomadas en tiempo real se podrían enviar directamente al funcionario responsable del control urbano. Esta información de suma importancia se puede poner a disponibilidad sin costos para el estado y se puede utilizar de inmediato para entrar en acción”. 

Ya sea que dicha acción sea una aplicación más uniforme de normativas, mejor recaudación de impuestos o datos más abundantes y dinámicos para los registros territoriales, estas tecnologías nuevas se preparan para traer cambios inmensos en varios aspectos de las políticas de suelo de todo el mundo.

 


 

John Wihbey es profesor asistente en periodismo y medios nuevos de la Universidad Northeastern. Sus obras y su investigación se centran en asuntos tecnológicos, cambio climático y sustentabilidad.

Fotografía: iStock.com/dabidy

 


 

Referencias 

ANAC (Agência Nacional de Aviação Civil). 2017. “Orientações Para Usuários de Drones.” Brasilia, Brasil: ANAC.

Anderson, Chris. 2017. “Drones Go to Work.” Harvard Business Review, 7 de junio. https://hbr.org/cover-story/2017/05/drones-go-to-work.

The Economist. 2017. “Drone Technology Has Made Huge Strides.” 10 de junio. www.economist.com/news/technology-quarterly/21723001-originally-military-technology-drones-are-now-benefiting-rapid-advances.

Erba, Diego Alfonso, y Mario Andrés Piumetto. 2016. Making Land Legible: Cadastres for Urban Planning and Development in Latin America. Enfoque en Políticas de Suelo. Cambridge, MA: Instituto Lincoln de Políticas de Suelo.

Lewis, Jason. 2017. “Striking a Balance on Drone Regulation.” The Hill, 10 de julio. http://origin-nyi.thehill.com/blogs/congress-blog/technology/341300-striking-a-balance-on-drone-regulation

Man, Joyce Yanyun. 2012. “China’s Property Tax Reform: Progress and Challenges.” Land Lines 24 (abril): 15-19.

Paneque-Gálvez, Jaime, Michael K. McCall, Brian M. Napoletano, Serge A. Wich y Lian Pin Koh. 2014. “Small Drones for Community-Based Forest Monitoring: An Assessment of Their Feasibility and Potential in Tropical Areas.” Forests 5 (6): 1481-1507.

Totaro, Paola. 2017. “Newest Technologies Becoming Weapons in Fight for Land Rights.” Reuters, 20 de marzo. www.reuters.com/article/us-global-landrights-technology/newest-technologies-becoming-weapons-in-fight-for-land-rights-idUSKBN16R2IE.

Wihbey, John. 2016. “Boundary Issues: The 2016 Atlas of Urban Expansion Indicates Global De-Densification.” Land Lines 28 (octubre): 18–25.

Wihbey, John. 2015. “Agricultural Drones May Change the Way We Farm.” The Boston Globe, 22 de agosto. www.bostonglobe.com/ideas/2015/08/22/agricultural-drones-change-way-farm/WTpOWMV9j4C7kchvbmPr4J/story.html.

Banco Mundial. 2016. “Drones Offer Innovative Solution for Local Mapping” (“Los drones constituyen una solución innovadora para hacer mapas locales”). Washington, DC: Banco Mundial, 7 de enero. www.worldbank.org/en/news/feature/2016/01/07/drones-offer-innovative-solution-for-local-mapping.

A virtual model shows the line of sight from inside an apartment toward a city skyline

Tasación virtual

Valuación masiva con la ayuda de SIG en Shenzhen
Por Tom Nunlist, October 31, 2017

China es uno de los pocos países del mundo que no cobra impuestos a las propiedades residenciales privadas. Luego de que el Partido Comunista estableciera un régimen socialista en 1949, el país adoptó un sistema de propiedad territorial pública y, por lo tanto, no tuvo un mercado inmobiliario hasta la época de la reforma.

Desde la reforma, se observó un boom de ventas inmobiliarias y de la economía en general. Las ciudades de primer nivel, como Shanghái y Beijing, hoy albergan algunas de las propiedades más caras del mundo. Pero los impuestos se aplican solo en el momento de la venta y las transacciones del inmueble, no de forma anual a los propietarios.

Así, puede sorprender el hecho de que China está a la vanguardia en la evolución de la tecnología de tasación, en particular en Shenzhen, la flamante y nueva ciudad del sur que, desde 1982, creció tanto que pasó de ser un pueblito con 50.000 habitantes a una gran metrópolis con 12 millones. El Centro de tasaciones de Shenzhen, un organismo legal municipal fundado para ayudar en el cobro de impuestos sobre ventas y transacciones de bienes inmuebles, ha desarrollado un sistema de tasación de propiedades que podría ser considerado el más avanzado del mundo. Se trata de una extensión lógica del sistema de valuación masiva asistida por computadora (CAMA, por su sigla en inglés), que se desarrolló para computadoras de escritorio hace décadas y para el cual el Instituto Lincoln tuvo una participación fundamental. El Centro de desarrollo urbano y políticas de suelo de la Universidad de Pekín y el Instituto Lincoln (PLC) ayudó a varias ciudades chinas a implementar CAMA para anticiparse a un futuro impuesto inmobiliario. Lo que distingue al sistema de Shenzhen es el uso de tecnología SIG y nuevas técnicas que llevan a CAMA al siguiente nivel.

Hoy, CAMA es un estándar internacional con el cual se pueden tasar zonas metropolitanas enteras desde una computadora de escritorio. Pero es más que nada un sistema bidimensional por naturaleza, mientras que el software de sistema de información geográfica (SIG) puede crear mapas tridimensionales (3D) con eficiencia. El futuro de la tasación de propiedades recae en la vinculación entre las técnicas de CAMA y las herramientas SIG, en un sistema que, naturalmente, se conoce como “GAMA”.

En general, los sistemas de CAMA no son muy emocionantes a nivel visual: tienen muchas tablas de datos y mapas bidimensionales muy detallados. En comparación, GAMA es deslumbrante. El sistema utiliza las herramientas SIG y construye modelos 3D de ciudades enteras, con calles, edificios, propiedades individuales dentro de ellos, características del paisaje, etcétera. Imagine la sensación de un videojuego de mundo abierto. El objetivo es poder valuar todas las propiedades desde una computadora en la oficina de valuaciones.

“Según mi punto de vista, Shenzhen lleva a CAMA a un nivel superior y hace cosas en las tasaciones que nadie más puede hacer”, dijo George W. McCarthy, presidente y director ejecutivo del Instituto Lincoln.

Shenzhen: centro del progreso

En muchos sentidos, el desarrollo del sistema de tasaciones inmobiliarias de Shenzhen es la historia clásica de la China moderna: comenzó muy atrasado, absorbió conocimientos de economías más avanzadas, los adaptó a las necesidades locales y al final llegó a competir con los mejores del mundo. No es de sorprender que esto haya sucedido en Shenzhen, la Zona Económica Especial donde se lanzó el experimento por el cual China dejó de ser una economía rural y se convirtió en una potencia mundial.

En 1979 China trazaba el curso de la nueva reforma y declaró a cuatro ciudades “Zonas Económicas Especiales (ZEE)”, proyectos piloto en los que el gobierno debía experimentar con los mecanismos del mercado. Shenzhen, un pueblo pesquero con apenas 30.000 habitantes, fue una de ellas. Ubicada junto a Hong Kong, que en ese momento era administrada por los ingleses y estaba muy internacionalizada, Shenzhen contaba con la posición perfecta para cumplir con la misión de las ZEE: atraer el negocio de empresas mundiales, acercar inversiones extranjeras directas y otorgar a China las herramientas necesarias para forjar una nación moderna y desarrollada.

Con la gran cantidad de inversiones y las nuevas fábricas, Shenzhen se convirtió en el corazón de la nueva economía del país y en una de las ciudades más avanzadas del mundo. En apenas tres décadas se convirtió en una metrópolis ajetreada, con casi 12 millones de personas. En 2016, el PIB oficial fue de US$ 284.000 millones (RMB 1,88 billones), con un PIB per cápita de US$ 25.790 (RMB 171.013), más del triple del promedio de China. Se la suele llamar el Silicon Valley de China y alberga algunas de las empresas tecnológicas más poderosas del mundo, entre ellas Tencent, el gigante de Internet.

Ya en 2003, el gobierno central comenzó a pensar en introducir un impuesto a la propiedad. Se seleccionaron seis ciudades como experimentos piloto para hacer una valuación masiva. Shenzhen fue una de ellas. Ese mismo año se fundó el Centro de tasación y desarrollo inmobiliario para empezar con la tarea inmensa de tasar toda la ciudad. Al principio, estaban prácticamente solos y avanzaban con lentitud. Les llevó tres años diseñar los precios básicos en 56 barrios para asignar un precio único para toda la zona.

La iniciativa coincidió con la incursión del Instituto Lincoln en China de ese mismo año, cuando comenzó a desarrollar relaciones con organismos gubernamentales y organizar proyectos de investigación sobre temas que variaban entre impuesto a la propiedad y financiación municipal de gestión pública de suelo, y expropiación territorial. McCarthy dijo: “Notamos los cambios a medida que se abría la economía, y pensamos que habría que luchar con todo tipo de desafíos en políticas de suelo”.

En 2007, el Instituto Lincoln y la Universidad de Pekín, la más antigua y prestigiosa del país, se esforzaron por abrir el PLC, un instituto de investigación con empleados de ambas organizaciones. Una de sus primeras tareas fue ayudar al gobierno chino a comprender cómo crear un impuesto inmobiliario que funcionara como sistema de renta pública. El PLC organizó eventos de capacitación para difundir en China los conocimientos internacionales sobre tributos inmobiliarios y valuación masiva asistida por computadora. Invitó a expertos de la Asociación Internacional de Peritos Valuadores, el International Property Tax Institute (IPTI, Instituto internacional de tributos inmobiliarios), el Departamento de Clasificación y Tasación de Hong Kong, ESRI Canadá y otros. Para demostrar mejor el funcionamiento de CAMA, el PLC lanzó un proyecto piloto demostrativo que estableció un sistema de CAMA para el distrito financiero de Beijing. También movilizó a expertos internacionales hacia Shenzhen y Hangzhou, y financió recorridos de estudio para el personal técnico en Estados Unidos, Canadá y Hong Kong. El impacto fue inmenso.

“El PLC traducía la bibliografía profesional sobre la tasación de propiedades, y algunas de esas cosas eran nuevas para nosotros”, cuenta el Dr. Wang Youjie, director del departamento de Valuaciones masivas del centro de Shenzhen. “También nos presentaron a CAMA”.

Dado que pudieron acceder a una gran cantidad de conocimientos desarrollados, se aceleró el progreso en la ciudad. Hacia 2010, el centro había evaluado los precios individuales de unos 170.000 edificios, y en 2011, había hecho evaluaciones básicas en 1,5 millones de propiedades residenciales. “El período de 2010 a 2011, una vez que comprendimos mejor la teoría, fue un punto de inflexión para nosotros”, dice Xia Lei, directora del Centro de tasaciones de Shenzhen.

También fue importante el papel del Instituto Lincoln como vínculo, ya que consiguió que los mejores expertos extranjeros ofrecieran seminarios, capacitaciones prácticas y trabajos de desarrollo. A la fecha, el Instituto Lincoln ha llevado a China más de 20 expertos en impuestos inmobiliarios. Para el centro de tasaciones de Shenzhen, el más conocido fue Michael Lomax.

Lomax trabajó durante 22 años como asesor inmobiliario para British Columbia Assessment, un organismo provincial de tasación de Canadá. Fue uno de los primeros que el Instituto Lincoln llevó a China, en 2007, cuando se unió a una delegación gubernamental. Siguió haciendo viajes a China incluso luego de abandonar British Columbia Assessment, en 2012, para trabajar con ESRO, que se especializa en soluciones SIG.

“Gran parte de mi trabajo en China fue demostrar, transmitir y ayudar a instalar las mejores prácticas del mundo”, dice Lomax, que también enseña valuación masiva en la Universidad de Columbia Británica. Alrededor de 2011 empezó a trabajar más directamente con el centro de Shenzhen, y una empresa de tasaciones lo contrató para la ciudad de Hangzhou, Zhejiang, no muy lejos de Shanghái. Al igual que Shenzhen, Hangzhou es conocida por la industria tecnológica e incluye la sede de Alibaba, el titán del comercio electrónico.

En algunos momentos, la rapidez con la que trabajaban ambas ciudades resultaba impresionante. En uno de sus viajes a Hangzhou, Lomax dedicó un día entero a criticar el sistema de tasaciones armado por el departamento local. A la mañana siguiente, le pidieron que volviera a observarlo. “Sus programadores estuvieron despiertos toda la noche en el hotel para arreglar todos los problemas que había señalado”, dice Lomax, que aún no sale de su asombro. “En occidente esto puede llevar unos seis meses, y ellos lo hicieron en horas”.

El equipo de Shenzhen era igual de impresionante. Según Lomax, llevaron los métodos de evaluación informatizados al siguiente nivel. “Están muy avanzados en lo que es el ajuste de las matemáticas”, destaca. “Shenzhen es mucho mejor que Columbia Británica a la hora de evaluar propiedades de forma dinámica, al paso.

En otras palabras, en Shenzhen había una oportunidad evidente para avanzar con la evolución de GAMA. Wang dice: “Michael fue el que nos dio la idea de introducir GAMA”.

De seguidor a líder

ESRI es una empresa consultora global que se especializa en soluciones SIG y está ayudando a construir modelos GAMA en varios municipios. Están Vancouver, donde trabaja Lomax, el condado de Maricopa, Arizona, donde se encuentra Phoenix, y también Shenzhen. Estos proyectos están en distintas etapas de desarrollo, pero, aun así, el sistema de Shenzhen es impresionante. Ingresar a una demostración del sistema es como habitar en un cuadro dentro de un cuadro, como si uno pudiera mirar dentro de una casa por una ventana y encontrar un “yo virtual”. Pero lo que puede hacer con las tasaciones es todavía más impresionante.

Por supuesto, considera todos los indicadores de un sistema de CAMA tradicional: ubicación, cantidad de habitaciones, metros cuadrados, precios recientes de mercado, etc. También puede estimar el valor de tener cerca una estación de subte o una escuela. La naturaleza tridimensional del sistema exacerba la funcionalidad. Mediante el uso de vectores es posible modelar las ventanas con vistas privilegiadas de todas las unidades de un edificio. Desde el escritorio, el tasador puede determinar si un residente posee una vista panorámica del hermoso parque Lianhuashan, en el centro de Shenzhen (similar a Central Park, pero con palmeras y banianos), o solo la fachada aburrida de un alto edificio vecino. Además, el sistema puede trazar un sol virtual en el cielo y estimar la cantidad de luz solar que recibe un departamento. Además de modelar la luz, también puede modelar sonido , por ejemplo, una unidad en una planta baja frente a una intersección con mucho tráfico está en desventaja en comparación con otra que da a un patio tranquilo.

El sistema considera todos esos factores y sintetiza la tasación final de la propiedad. En total, estos factores pueden llegar a representar una diferencia de valor del 20% entre dos unidades del mismo edificio.

El sistema también se está utilizando para ejecutar mejor los impuestos sobre transacciones de propiedades. En esta prueba más pequeña se evidencia la eficacia de la herramienta: de las millones de propiedades tasadas hasta el momento, solo se realizaron 27.106 apelaciones hasta enero de este año y se tuvieron que recalibrar apenas 282 tasaciones.

El proyecto de tasación de Shenzhen no carece de desafíos. En primera instancia, el mercado es joven, por lo que hay una escasez relativa de datos transaccionales. Además, a veces las transacciones se informan con precios bajos artificiales para evadir impuestos. Por último, el mercado inmobiliario es muy heterogéneo y posee grupos bastante diferentes de tipos de viviendas.

Al momento de implementar un sistema como este, uno de los desafíos más grandes debe ser la cantidad limitada de datos sobre transacciones inmobiliarias. En este sentido, Shenzhen posee una ventaja importante sobre casi cualquier otra ciudad del mundo, en lo que respecta al conocimiento sobre sus propiedades. Todo está recién construido, en particular en el centro de la ciudad, donde el impecable modelo 3D es más impresionante. Esto quiere decir que la información sobre los planos de todos los edificios y pisos existe, está completa y se creó en formatos digitales relativamente fáciles de adaptar al modelo.

El equipo de Shenzhen realizó innovaciones ingeniosas sobre esto con un sistema que llaman enfoque “holístico”. En pocas palabras, primero considera a estos grupos distintos de viviendas como “submercados” separados. Luego establece relaciones entre los submercados y así, pueden estimar los precios en todo el mercado con menos puntos de referencia totales.

El sistema en sí es maravilloso desde el punto de vista técnico, pero también es evidencia de lo avanzada que es la ciudad en conjunto. En muchos sentidos, en un logro que puede darse “solo en Shenzhen”.

Shenzhen también es única en su propio país. Apareció gracias a la mera voluntad política que dio a luz a las Zonas Económicas Especiales y no está bajo la administración directa del gobierno central. Sin embargo, como municipio con nivel de prefectura, disfruta el beneficio de contar con una relación más cercana con el gobierno central que otros municipios de su mismo nivel. El gobierno central otorga más libertades a Shenzhen al momento de probar cosas nuevas.

“En Shenzhen, los organismos gubernamentales como las comisiones municipales de planificación y suelo, o finanzas y tributación cooperan entre sí y se comparten datos”, explica la directora Xia. En el país esto es poco común, por lo que resulta difícil no valorar la importancia de que suceda. Geng Jijin, quien dirigió el centro de tasaciones antes de Xia, en el momento más intenso del desarrollo del modelo, tiene un punto de vista más personal: “Lo importante es ser creativos. Aquí todos venimos de distintas partes de China. La única opción es descifrar cómo llevarnos bien”.

Próximos pasos

La tarea de creación del sistema GAMA para Shenzhen aún no termina. Esto se debe, en parte, a que la ciudad creció de forma tan precipitada que gran parte de los edificios de las últimas localidades anexadas tienen poca documentación. Según la directora Xia, una de las mayores prioridades para los próximos pasos es agregar esas propiedades al sistema. Dada la escala de Shenzhen, es probable que lleve algunos años sortear el desafío.

La implementación del impuesto inmobiliario escapa al alcance del Centro de tasaciones. Wang declaró que se trata de un problema de políticas y el centro no se dedica a eso, y agrega: “Si se aplica la política, Shenzhen está lista para hacerlo”.

Nadie sabe cuándo podría ocurrir esto, dado que los impuestos inmobiliarios tienen semejante sensibilidad política en el país. Si bien hubo dos impuestos piloto en Shanghái y la ciudad de Chongqing, en el sudoeste, fueron muy limitados y se efectuaron más que nada como señal de que dichos impuestos están por llegar. Sin embargo, la presión aumenta. Al no haber un impuesto inmobiliario y dado que disminuyó la renta neta de las ventas de suelo de la que dependen los gobiernos, los presupuestos locales están cada vez más comprometidos.

Mientras tanto, el centro de tasaciones ya está ayudando a difundir conocimientos por fuera de sus límites tan especiales. Se enviaron delegaciones de todo el país para observar el sistema, incluso del otro lado del río, en Hong Kong, y de Taiwán.

Por su parte, McCarthy, presidente del Instituto Lincoln, está listo para encargarse de que los conocimientos y la experiencia lleguen a occidente. En lugares como Boston, donde hay polémica desde hace mucho tiempo sobre las construcciones cerca de Boston Common y las sombras que estas podrían causar, sería útil contar con un sistema que modele el sol.

Es posible que la difusión verdadera del nuevo sistema GAMA sea complicada, y no hay forma de saber cuánto tiempo podría llevar. Pero nada habría podido predecir que una aldea pesquera podría convertirse en una metrópolis en apenas tres décadas.

 


 

Tom Nunlist es director editorial de Sinomedia y jefe de redacción de CKGSB Knowledge, en nombre de Cheung Kong Graduate School of Business, de Beijing.

El autor expresa un agradecimiento especial a Carolyn Wang, tasadora masiva del Centro de tasaciones de Shenzhen, quien lo ayudó a gestionar las entrevistas en Shenzhen. Este artículo no se podría haber escrito sin su ayuda experta y su paciencia destacable.

Crédito de la imagen: Shenzhen Assessment Center

 


 

Referencias

Chen, Xiangming, y Tomas de’Medici. 2009. “The ‘Instant City’ Coming of Age: China’s Shenzhen Special Economic Zone in Thirty Years.” Serie inaugural de informes de trabajo, N.º 2, primavera de 2009. Hartford, CT: Centro de estudios urbanos y globales de Trinity College.

The Economist. 2012. “Time for a Property Tax: A Way to Stabilise Both China’s Wild Property Market and Its Weak Local Finances.” 4 de febrero. www.economist.com/node/21546014.

Centro municipal de recursos electrónicos gubernamentales de Shenzhen. 2017. “Shenzhen Government Online”. http://english.sz.gov.cn.

Wang, Da Wei David. 2016. Urban Villages in the New China: Case of Shenzhen. Nueva York, NY: Palgrave Macmillan.

Xiao, Cai, Wang Yu y Hu Yuanyuan. 2017. “Overall Govt Debt Risks ‘Under Control.’” China Daily USA, 13 de julio. http://usa.chinadaily.com.cn/epaper/2017-07/13/content_30102302.htm.

A drone flies over Buenos Aires

The Drone Revolution

UAV-Generated Geodata Drives Policy Innovation
By John Wihbey, October 10, 2017

Drones are revolutionizing data collection and mapping, ushering in major shifts and new opportunities in the domains of land management, policy, and advocacy.

Unmanned aerial vehicles (UAVs) came into wide use globally about a decade ago, as their cost fell rapidly in the consumer market. In the developing world and in rapidly urbanizing areas, drones are quickly becoming an essential tool for securing land rights, updating maps in virtual real-time, and understanding unplanned settlement patterns. From Latin America to South Asia, the drone is being deployed across the geospatial information and land management sectors, by surveyors defining specific urban parcels, appraisers determining land value over a peri-urban field, and corporate and government employees updating territorial information.

The technical capacity of drones—which can carry multispectral small-format aerial cameras and produce images of both the visible environment and the infrared spectrum—provides a substantial complement to traditional aerial photography and even high-resolution satellite imagery. Because UAVs can fly at very low altitude and execute tight, repeating patterns, they can produce fine-grained images of one centimeter resolution or better, enabling production of three-dimensional images.

Their democratic potential is also stirring excitement, as they empower citizens, nongovernment organizations, and other smaller, more informal networks. “Drones are going to make the difference for policy and decision-making processes, as citizens participate in data creation at critical moments,” notes Diego Alfonso Erba, a land surveyor engineer and expert in Latin American land management systems. “Citizens can fly them, take photos of a situation, and share the results with authorities. In rapidly evolving situations where informal settlement, unsanctioned resource extraction, or conflict is occurring, drones can furnish proof to legal systems.

Latin America’s pioneering use of drones to enrich and improve land policy and management is echoing across the globe. “We are doing the same thing in China,” says Zhi Liu, China program director at the Lincoln Institute and director of Peking University–Lincoln Institute Center for Urban Development and Land Policy (PLC) in Beijing. In East Asia, drones are aiding new high-tech research and experiments to modernize land registries for contemporary uses and to help address other large-scale challenges, including potential implementation of property tax.

Cadastres: Public Land Registries in Latin America

In Latin America and Asia, drones are proving especially useful in the evolution of territorial “cadastres”—public registries that manage information relating to land parcels and that play a critical role in land use decision-making throughout Latin America.

In most of the region, existing territorial cadastre systems derive from an “orthodox” model imported centuries ago from colonial Europe, says Erba, who coauthored Making Land Legible: Cadastres for Urban Planning and Development in Latin America, published by the Lincoln Institute in 2016. He is working at the forefront of an effort to upgrade these land registry systems to what are known as “multipurpose cadastres (MPCs),” and drones are playing a key role in this evolution.

Traditional, or “orthodox,” cadastres are maintained as public registries by governmental institutions. They’re inadequate for contemporary urban policy-making because they cover only private parcels and account for limited physical, legal, and economic attributes. Multipurpose cadastres, by contrast, are maintained by volunteer stakeholders in a jurisdiction who commit to providing richer, more inclusive information about a city. MPCs may include alphanumeric data and thematic or domain-specific cadastres pertaining to the environment, transportation systems, or utility networks, and they may be organized by government and private organizations. The benefits can include better urban planning as well as more equitable taxation, increasing revenues, and a broader tax base.

“The data integration provided by the MPC model is the most direct way to identify and monitor the economic, physical, legal, environmental, and social characteristics of parcels and their occupants,” observe Erba and coauthor Mario Piumetto, a land surveyor who specializes in geographic information systems. “Planners need this information to manage the growth of cities, define strategies for urban financing, reduce informality, and analyze the impact of government interventions” (Erba and Piumetto 2016). By democratizing the tools of geospatial monitoring, drone technology is helping to facilitate this movement toward multi-stakeholder MPCs.

Established Latin American cities with existing cadastres are using drones to tackle challenges associated with informal construction. For example, in Villa 31, one of the most valuable areas of Buenos Aires, some 40,000 people have built informal constructions up to five stories high within a 100-block area, note Erba and Piumetto. In 2016, the government launched a drone survey, in tandem with a street-level laser scanner, that created a 3-D model and generated statistics on the occupation of dwellings, streets, and public spaces. With this more accurate picture of residential development, agencies and stakeholders are in a better position to transition informal settlers toward formal property ownership and participation in planning processes.

Ecuador demonstrates how drone-enhanced cadastres can promote resiliency as well. The city of Portoviejo has been using drones to enforce rules against unpermitted occupation of public spaces. By comparing 2010 records with recent drone-produced monitoring imagery, authorities determined that more than 7,000 instances of new construction violated permitting rules. In April 2016, this more accurate real-time record of settlement proved vital when a 7.8-magnitude earthquake wreaked havoc on structures throughout Portoviejo, killing more than 200 people. Photos after the earthquake were compared to recent drone footage, aiding rescue and rebuilding efforts.

GIS-Assisted Mass Appraisal in China

In China, drones may prove most useful in current efforts underway to assess property value (see p. 8). Since 2003, China has been contemplating introduction of a municipal property tax on the private ownership of residential properties—a power that municipal governments have not had for several decades. However, most cities face a huge technical barrier: There is no system of property assessment or database. Researchers hope drones can help facilitate the underlying basis for assessment.

“The question is how we can help so many Chinese cities to quickly develop a cadastre system, which is the basis of a property tax system,” says Liu, noting that the PLC is funding a research project in China to provide innovations in this area. The next stage is for researchers in China to merge property rights data with 3-D representations of parcels produced by drone technologies. Crucially, researchers must get the full property rights data from the government—such as formal ownership information and the dimensions of units, parcels, and buildings—in order to match up the 3-D imagery in accurate fashion. It is unclear whether these records are fully digitized in many cities, Liu notes. Although drone-generated data cannot provide missing ownership documentation, better parcel data will ultimately accelerate the process of generating an accurate cadastre system.

Chun Zhang, a professor of city planning from the Beijing Jiaotong University and a leader of the project funded by PLC, says drones are currently using tilt-shift photography—which can make the features below a drone look like a miniature representation—and creating 3-D models through the imagery captured. The project will then provide basic spatial information. Currently, the drone techniques are being applied in small towns such as Jimingyi, Shexian, and Gubeikou. But as the researchers experiment with drones, they are bumping up against technical and regulatory limits. “The survey area cannot be too large,” notes Zhang, given the limits of the drone’s battery. “The biggest difficulty for researchers is flight control in certain [limited] areas—within the 6th ring of Beijing, for example.” But this should not be a problem if the municipal governments decide to use drones to develop a 3-D property database.

Property valuation is beyond the scope of Zhang’s current research project, but it will be a challenge of massive scale in China. Ultimately the work-intensive process might be solved by computational methods aided by drone-generated data. In the United States, Liu notes, local governments have long used computer-aided mass appraisal (CAMA) techniques to appraise all properties in a certain area. “In China, we work with a few cities that are refining the computer-aided mass appraisal model to incorporate big data, so they can assess property value more accurately,” Liu says. That sort of work might constitute the next phase of research. But the current phase remains focused on seeing how well existing property records can be matched with the drone data.

In the context of land registries, the use of drones is proving crucial in the initial and provisional identification of physical property limits in cities and jurisdictions where there is still no formal land administration system and the land structure is unknown.

Pathways to the Drone Revolution

Drones are now functioning in a crucial capacity across a variety of land policy use cases, fulfilling cultural and legal needs, but their development and use obviously have a wider story. Their evolution toward wider commercial and recreational use—including sharper definition of land policy—is in some ways a classic story of second-order effects of technological innovation. The original development and prototyping of the flight technologies took place largely in the context of military research. But some of the key technical breakthroughs required to make flight-relevant instrumentation available at a reasonable price point resulted from the “smartphone wars,” wherein various communications technology companies raced to perfect efficient hardware and software for compasses, gyroscopes, altimeters, and more (Anderson 2017).

Still, even as the technology has been ready and the economics right for wide public use, the policy environment for drone use has needed to mature. In the United States, for example, the Federal Aviation Administration has tried to grapple with commercial and consumer demand while balancing concerns over conflicts with manned aircraft flight paths and potential invasion of privacy and land rights. These types of policy debates have been playing out across the globe, as noted above.

Yet many of the technologies under development are focused on agricultural lands, where competing interests and conflict are minimal. Farming is expected to be the primary zone for commercial use of drone technologies. Because drone instrumentation can be used to measure radiation signatures and the infrared spectrum, drones hold massive potential for improvements in crop yields and farming in general (Wihbey 2015). But the benefits have been unevenly distributed over the past decade, as countries such as Japan and Canada have opened up farming airspace, even as the United States is debating where to open up air space policies for agriculture (Lewis 2017). To scale the technology for farming, much greater latitude will be required for drones flying beyond the sight of ground operators. In any case, the idea of “precision farming” has caught on globally, with potential environmental benefits, such as reduced and more targeted use of pesticides and other chemicals. And surely the advancements achieved for rural farm settings will have applications for monitoring, for example, forest reserves and wildlife populations, and for global efforts to limit sprawling unplanned settlements and ensure ecological sustainability (Paneque-Gálvez et al. 2014).

Policies related to the training, licensing, and certification required for drone operators continue to evolve in many countries, and of course formal land surveying itself has its own professional standards that are integrating these new technologies. Citizen or recreational use and informal monitoring of land and urban space is bound to grow only more complicated, as new observational possibilities and challenges emerge from the use of multiple drones simultaneously and “swarming” techniques, as well as the potential for both greater autonomy, as drones become smarter through software, independent of human operators (The Economist 2017).

Challenges

Drones could prove a crucial tool for managing extensive land use problems expected to emerge over the coming decades as the world rapidly urbanizes, from housing inaffordability to shortages of land for open space (Wihbey 2016). Indeed, drones might facilitate a form of technological “leapfrogging,” similar to that of mobile phone Internet connectivity, which has allowed many individuals and societies across the developing world to connect to the Web without dedicated broadband lines to households.

PLC Director Zhi Liu thinks that multipurpose cadastres would enable solutions, but many Asian cities would need technical advancement, as well as political willingness and public support, to improve and update the cadastres of their rapidly growing cities. Experiments in small cities and towns in China might prove useful to other bigger cities in the region, if not countries around the world.

Regulations throughout South and Central America are evolving to keep up with the proliferating use of drones as tools to upgrade land policy in the region. In Brazil alone, officials estimate that 20,000 drones were in operation in 2015, with applications mainly in agriculture, mining, infrastructure inspections, security and border control, and the mapping of environmental areas and cities, according to Erba and Piumetto. In May 2017, this growth prompted the Brazilian National Civil Aviation Agency (Agência Nacional de Aviação Civil or ANAC) to issue new safety and operating rules, which cite and specifically follow definitions of other civil aviation authorities such as those found in the United States and the European Union (ANAC 2017).

In Mexico, the Civil Aeronautics General Directorate in Mexico has issued a similar set of rules that aims to prevent accidents and protect third persons and property on land and in flight. In Argentina, flights above 400 feet (122 meters) require authorization, and there are also limitations depending on the weight of the equipment, the areas overflown, and the information collected.

New Frontiers for Drones

Many institutions across the world have become interested in leveraging drone technologies to help solve age-old administrative problems, particularly in areas of the world that have suffered under adverse conditions caused by conflict or difficult economic conditions. The World Bank, for example, has highlighted efforts in the post-conflict Balkans, where areas in Kosovo have been left with lingering problems after property owners, mostly male, were killed in the 1990s regional war. The women left in these areas have struggled to reestablish order with regard to property and land policy, given the lack of formal records. The World Bank has noted: “The time, cost, and complexity of conventional land surveying and registration . . . is an obstacle for these women. It often takes years and is too expensive to complete, leaving these women with no information or legal protection of their rights” (World Bank 2016). In partnership with the Kosovo Mapping Authority, drones are therefore being used to execute cadastral mapping activities.

World Bank experts have also noted that drones are proving to be effective weapons in the fight for land rights in underdeveloped areas on the African continent (Totaro 2017). Although nearly 90 percent of Europe is mapped at a local level, only 3 percent of the African continent has maps at such resolution. As coastal zones are rapidly developed for hotels and commercial/residential use, drones could help communities keep up with development and garner appropriate tax revenue.

Overall, the strength of drones comes from the richly detailed information they can collect at relatively low cost; they can even produce quality 3-D models of streets and properties and expedite data collection. But certain weaknesses must be taken into account. UAVs can only provide limited territorial coverage, given limited speed and autonomy of flight. Adverse weather conditions are also a significant issue.

Drones have so far proven most effective in urban operations, which often require great detail and richness of data. Any decision to deploy drones has to weigh costs and benefits for a given task. High-resolution satellite images (currently down to 30 centimeters, or 1.8 inches, in resolution) may suffice; if the area to be surveyed extends beyond 25 kilometers (about 15.5 miles), satellite image files may be more appropriate and efficient.

Yet drones furnish possibilities that no other aerial surveying technology provides given their mass market deployment. “Drones will democratize geospatial information gathering and analysis,” Erba says. “Everybody will soon have access to the tools that only satellite owners had just a few years ago. Photos could be sent all the time to the cloud.” And this new capability, he notes, could strengthen transparency and accountability of many kinds, and bring efficiencies to government: “Aerial photos of areas being invaded or deforested in real-time could be sent directly to the officer responsible for urban monitoring. This extremely relevant information can be provided at no cost to the state, and it can be used immediately for action.”

Whether such action involves more uniform regulatory enforcement, better tax collection, or richer, more dynamic data for land registries, these new technologies are poised to bring major shifts across numerous aspects of land policy worldwide.

 


 

John Wihbey is an assistant professor of journalism and new media at Northeastern University. His writing and research focus on issues of technology, climate change, and sustainability.

Photograph: iStock.com/dabidy

 


 

References

ANAC (Agência Nacional de Aviação Civil). 2017. “Orientações Para Usuários de Drones.” Brasília, Brazil: ANAC.

Anderson, Chris. 2017. “Drones Go to Work.” Harvard Business Review, June 7. https://hbr.org/cover-story/2017/05/drones-go-to-work.

The Economist. 2017. “Drone Technology Has Made Huge Strides.” June 10. www.economist.com/news/technology-quarterly/21723001-originally-military-technology-drones-are-now-benefiting-rapid-advances.

Erba, Diego Alfonso, and Mario Andrés Piumetto. 2016. Making Land Legible: Cadastres for Urban Planning and Development in Latin America. Policy Focus Report. Cambridge, MA: Lincoln Institute of Land Policy.

Lewis, Jason. 2017. “Striking a Balance on Drone Regulation.” The Hill, July 10. http://origin-nyi.thehill.com/blogs/congress-blog/technology/341300-striking-a-balance-on-drone-regulation.

Man, Joyce Yanyun. 2012. “China’s Property Tax Reform: Progress and Challenges.” Land Lines 24 (April): 15–19.

Paneque-Gálvez, Jaime, Michael K. McCall, Brian M. Napoletano, Serge A. Wich, and Lian Pin Koh. 2014. “Small Drones for Community-Based Forest Monitoring: An Assessment of Their Feasibility and Potential in Tropical Areas.” Forests 5 (6): 1481–1507.

Totaro, Paola. 2017. “Newest Technologies Becoming Weapons in Fight for Land Rights.” Reuters, March 20. www.reuters.com/article/us-global-landrights-technology/newest-technologies-becoming-weapons-in-fight-for-land-rights-idUSKBN16R2IE.

Wihbey, John. 2016. “Boundary Issues: The 2016 Atlas of Urban Expansion Indicates Global De-Densification.” Land Lines 28 (October): 18–25.

Wihbey, John. 2015. “Agricultural Drones May Change the Way We Farm.” The Boston Globe, August 22. www.bostonglobe.com/ideas/2015/08/22/agricultural-drones-change-way-farm/WTpOWMV9j4C7kchvbmPr4J/story.html.

World Bank. 2016. “Drones Offer Innovative Solution for Local Mapping.” Washington, DC: World Bank, January 7. www.worldbank.org/en/news/feature/2016/01/07/drones-offer-innovative-solution-for-local-mapping.

A virtual model shows the line of sight from inside an apartment toward a city skyline

Virtual Valuation

GIS-Assisted Mass Appraisal in Shenzhen
By Tom Nunlist, October 10, 2017

China is one of a small number of countries around the world that does not levy property tax on privately owned residential properties. After the Communist Party established a socialist regime in 1949, China adopted a public land ownership system and thereby lacked a real estate market until the reform era.

Since the reform, property sales, along with the economy as whole, have boomed. First-tier cities such as Shanghai and Beijing are now home to some of the world’s most expensive real estate. But taxes are imposed only at the point of property sales and transactions, not annually on ownership.

It may come as a surprise, then, that China is driving the evolution of valuation technology, particularly in Shenzhen—the brand-new southern city that has grown from a small town of 50,000 residents to a major metropolis of 12 million since 1982. The Shenzhen Assessment Center—a municipal statutory agency that was established to assist the collection of taxes on real estate sales and transactions—has developed what is arguably the most advanced property valuation system in the world. It is a logical extension of the computer-assisted mass appraisal (CAMA) system that the Lincoln Institute was instrumental in developing for desktop computers decades ago. The Peking University–Lincoln Institute Center for Urban Development and Land Policy (PLC) has helped several Chinese cities implement CAMA in anticipation of a future property tax. What makes Shenzhen’s system different is that it uses GIS technology and new techniques that elevate CAMA to the next level.

Today, CAMA is an international standard that has made it possible to assess entire metro areas from a desktop computer. But CAMA by nature is mainly a two-dimensional system, whereas modern geographical information system (GIS) software is capable of efficiently rendering three-dimensional (3-D) maps. The future of property assessment lies in marrying CAMA techniques with GIS tools in a system known, naturally, as “GAMA.”

CAMA systems are, broadly speaking, not overly exciting to look at, with lots of data tables and highly detailed two-dimensional maps. GAMA by contrast is dazzling. Using GIS tools, the system constructs 3-D models of entire cities, with streets, buildings, the individual properties within them, landscape features, and so on. Imagine the feel of an open-world video game. The aim is to be able to appraise every property from computers in the assessment office.

“In my view, Shenzhen is dragging CAMA into the next generation, doing things in their valuation that nobody else can do,” says George W. McCarthy, president and CEO of the Lincoln Institute.

Shenzhen: Center of Progress

In many ways, the development of Shenzhen’s property assessment system is the classic story of modern China: starting from far behind, absorbing knowledge from more advanced economies, adapting to local needs, and ultimately coming to rival the best in the world. The fact that it happened in Shenzhen—the Special Economic Zone that launched the experimentation that transformed China from a largely rural economy to a global power—is unsurprising. In 1979, as China was charting the course of its new reform, four cities were declared “Special Economic Zones (SEZs),” pilot projects where the government would experiment with market mechanisms. Shenzhen, a fishing town of just 30,000 people, was one of them. Adjacent to Hong Kong, which was administered at that time by the British and highly internationalized, Shenzhen was in a perfect position to perform the mission of SEZs—attract global companies to trade, bring in foreign direct investment, and obtain for China the tools necessary to forge a modern developed nation.

As investment poured in and factories sprang up, Shenzhen became the beating heart of China’s new economy, and one of the world’s most advanced cities. In just 30-odd years, it grew into a bustling metropolis of nearly 12 million. Its official GDP in 2016 was US$284 billion (RMB 1.88 trillion), with a per capita GDP of US$25,790 (RMB 171,013), more than triple China’s average. Sometimes called China’s Silicon Valley, it is home to some of the world’s most powerful tech companies, including Internet giant Tencent.

As early as 2003, the central government started to consider introducing a property tax. Six cities were selected as pilot experiment cities for mass appraisal of properties. Shenzhen was one of them. Shenzhen’s Center for Assessment and Development of Real Estate was founded that same year to commence the enormous task of citywide valuation. At first, they were more or less on their own and progress was slow. It took three years to designate basic prices in 56 neighborhoods, in order to assign a single price for the whole area.

The initiative coincided with the Lincoln Institute’s foray into China in 2003, when it began developing relationships with government agencies and conducting research projects on topics ranging from property tax and municipal finance to public land management and land expropriation. “We saw the changes as the economy was being opened up, and we figured there would be all sorts of land policy challenges to grapple with,” McCarthy says.

In 2007, the Lincoln Institute and Peking University, China’s oldest and most prestigious university, endeavored to open the PLC, a research institute staffed by both organizations. One of the PLC’s early tasks was to help the Chinese government understand how to create a property tax that works as a system of revenue. The PLC organized training events to disseminate international knowledge of property taxation and computer-assisted mass appraisal to China. The PLC invited experts from the International Association of Assessing Officers, International Property Tax Institute (IPTI), Rating and Valuation Department of Hong Kong, ESRI Canada, and others. To better demonstrate how CAMA worked, the PLC launched a pilot demonstration project that established a CAMA system for the financial district of Beijing. The PLC also mobilized international experts to assist Shenzhen and Hangzhou, and funded study tours for technical personnel, in the United States, Canada, and Hong Kong. The impact was enormous.

“The PLC was translating the professional literature on property valuation, and it was the first time we were encountering some of this stuff,” says Dr. Wang Youjie, head of the Shenzhen center’s mass appraisal department. “They also introduced us to CAMA.”

Aided by access to a developed body of knowledge, progress in Shenzhen rapidly accelerated. By 2010, the center had evaluated prices on a per-building basis for 170,000 buildings, and by 2011 had done basic evaluations for 1.5 million residential properties. “After understanding the theory better, 2010 to 2011 was a breakthrough point for us,” says Xia Lei, director of the Shenzhen Assessment Center.

Also important was the Lincoln Institute’s role as a connector, enlisting top foreign experts to host seminars and perform hands-on training and development work. To date, the Lincoln Institute has mobilized more than 20 property tax experts to China. For the assessment center in Shenzhen, no one was more familiar than Michael Lomax.

For 22 years, Lomax worked as property assessor for British Columbia Assessment, a province-wide assessment office in Canada. He was among the first people the Lincoln Institute brought to China in 2007, when he joined a government delegation. He has continued making trips to China even after leaving British Columbia Assessment in 2012 to take a position with ESRI, which specializes in GIS solutions.

“A lot of my work in China was to illustrate, convey, and help them install worldwide best practices,” says Lomax, who also teaches mass appraisal at the University of British Columbia. Around 2011, he began working more directly with the Shenzhen center and an appraisal firm hired by the city of Hangzhou, Zhejiang, a city not far from Shanghai. Like Shenzhen, Hangzhou is also known for its tech industry, including the headquarters of e-commerce titan Alibaba.

The speed at which these two cities were working was sometimes astonishing. During one trip to Hangzhou, Lomax spent an entire day critiquing the assessment system built by the local department. The next morning, they asked him to look again. “They had their programmers stay up all night at the hotel to fix all the problems I pointed out,” says Lomax, still a bit in awe. “This might take you six months to do in the West, and they did it in hours.”

The team in Shenzhen was equally impressive. According to Lomax, they took the computerized evaluation methods to the next level. “They are really advanced in fine-tuning the mathematics,” he says. “Shenzhen is far better at valuing properties dynamically, on the fly, than British Columbia.”

In other words, there was a clear opportunity in Shenzhen to advance the GAMA evolution. “It was Michael that gave us the idea of doing GAMA,” says Wang.

From Follower to Leader

ESRI, a global consulting firm specializing in GIS solutions, is helping to build GAMA models in several municipalities. There is Vancouver, where Lomax works; Maricopa County, Arizona, which encompasses Phoenix; and also Shenzhen. These projects are in varying stages of development, but the Shenzhen system is impressive nonetheless. Sitting in on a demonstration of the system is like inhabiting a painting inside a painting, as if you might spot your virtual self if you peeked in the right window. But what it can do in terms of assessment is even more impressive.

Of course, it factors in all the indicators accounted for by a traditional CAMA system: location, number of rooms, floor space, recent market prices, and so on. It can also estimate the value of being near a subway station or close to a school. The three-dimensional nature of the system boosts the functionality. Using vectors, it is possible to model the window vantage point of every single unit in a given building. From the desktop, the appraiser can determine if a resident has a sweeping view of beautiful Lianhuashan Park in central Shenzhen (think New York’s Central Park, except with palm and banyan trees), or just the boring façade of a neighboring high-rise. The system can also track a virtual sun across the sky, estimating how much daylight an apartment gets. In addition to modeling light, it can also model sound—a lower-floor unit facing a busy traffic intersection, for instance, is disadvantaged compared to a unit facing a peaceful courtyard.

The system weights all those factors and synthesizes the final valuation of a property. All told, these factors can amount to a 20 percent difference in value between two units in the same building.

The system is also being used to better execute property transaction taxes. Through this smaller trial, the efficacy of the tool is apparent: of the millions of properties valued so far, only 27,106 challenges have been made as of January this year, and of those only 282 assessments had to be readjusted.

The Shenzhen assessment project is not without challenges. First, the market is young, so there is a relative dearth of transaction data. On top of that, transactions are sometimes reported at artificially low prices, to avert transaction taxes. Finally, the housing market is highly heterogeneous, with fairly distinct groups of housing types.

Limited property transaction data can be among the biggest challenges to implementing a system such as this. In this regard, Shenzhen has a distinct advantage over just about any other city in the world in terms of the knowledge of its properties. The whole place is brand new, and this is especially true for the city center where the slick 3-D model is most impressive. That means the data on all the buildings and floor plans is existing, complete, and rendered in digital formats that are, relatively speaking, easy to adapt to the model.

The team in Shenzhen cleverly innovated around this with a system they call the “holistic” approach. Briefly, it treats those distinct groups of housing first as separate “sub-markets.” Then by establishing relationships among those sub-markets, they are better able to estimate prices across the entire market with fewer data points overall.

The system alone is marvelous from a technical standpoint, but it is also a testament to the advanced nature of the city as whole. In numerous ways, it is an “only in Shenzhen” achievement.

Shenzhen is unique in a purely Chinese context as well. Conjured by the pure political willpower that gave life to the Special Economic Zones, Shenzhen is not directly administered by the central government. However, as a prefecture-level municipality, Shenzhen enjoys closer relationship with the central government than other prefecture-level municipalities. The central government grants more freedom to Shenzhen to try new things.

“In Shenzhen, government agencies, such as the municipal commissions of planning and land, and finance and taxation, are cooperating to share data,” says Director Xia. In a country where interdepartmental data sharing is rare, it is difficult to understate how important this is. “The point is to be creative.”

Geng Jijin, who directed the assessment center before Xia, when development of the model was most intense, puts a more personal spin on it: “Everybody here is from different places in China. We have no choice but to figure out how to get along.”

The Road Ahead

The job of creating the GAMA system in Shenzhen is not yet finished. Partly because Shenzhen grew at such a breakneck pace, a significant portion of buildings from the newly annexed localities are rather poorly documented. According to Director Xia, bringing these properties into the system is a top priority going forward. Given the scale of Shenzhen, it will likely take a few years to work through the challenge.

The implementation of a property tax goes beyond the purview of the Shenzhen Assessment Center. It is a policy problem and the center does not make policy, Wang says, adding “If the policy is put forward, Shenzhen is ready for it.”

It is anyone’s guess when that might happen, given the politically sensitive nature of property tax in China. While there have been two pilot taxes in Shanghai and the southwestern city of Chongqing, they have been very limited and undertaken mainly as a signal that property taxes are coming. Pressure is, however, building. In the absence of a property tax, and as the net revenues from land lease sales that local governments rely on have declined, local budgets have become increasingly strained.

In the meantime, the assessment center is already helping to spread knowledge beyond its very special borders. Delegations have been sent from all around China to view the system, including from across the river in Hong Kong and all the way from Taiwan.

Lincoln Institute President McCarthy, for his part, is ready to see knowledge and experience flow west. Places such as Boston, where there has long been controversy over building near Boston Common due to the shadows it would cause, could use a system that models the sun.

Actually spreading the new GAMA system will likely be difficult, and there is no telling how long it might take. But nobody would have predicted that a fishing village could become a metropolis in three decades flat.

 


 

Tom Nunlist is editorial director at Sinomedia and managing editor of CKGSB Knowledge, on behalf of Cheung Kong Graduate School of Business in Beijing.

The author extends special thanks to Carolyn Wang, a mass appraiser at the Shenzhen Assessment Center, who helped arrange reporting in Shenzhen. This piece would not have been possible without her expert help and remarkable patience. 

Image Credit: Shenzhen Assessment Center

 


 

References

Chen, Xiangming, and Tomas de’Medici. 2009. “The ‘Instant City’ Coming of Age: China’s Shenzhen Special Economic Zone in Thirty Years.” Inaugural Working Paper Series, No. 2, Spring 2009. Hartford, CT: Center for Urban and Global Studies at Trinity College.

The Economist. 2012. “Time for a Property Tax: A Way to Stabilise Both China’s Wild Property Market and Its Weak Local Finances.” February 4. www.economist.com/node/21546014.

Shenzhen Municipal E-Government Resources Center. 2017. “Shenzhen Government Online.” http://english.sz.gov.cn/.

Wang, Da Wei David. 2016. Urban Villages in the New China: Case of Shenzhen. New York, NY: Palgrave Macmillan.

Xiao, Cai, Wang Yu, and Hu Yuanyuan. 2017. “Overall Govt Debt Risks ‘Under Control.’” China Daily USA, July 13. http://usa.chinadaily.com.cn/epaper/2017-07/13/content_30102302.htm.