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Nuevo Informe sobre Enfoque en Políticas de Suelo del Instituto Lincoln

El día después de las grandes catástrofes
Julio 31, 2016

El día después de las grandes catástrofes: Cómo hicieron seis países para lograr la recuperación de la comunidad

Por Laurie Johnson y Robert Olshansky

El día después de las grandes catástrofes: Cómo hicieron seis países para lograr la recuperación de la comunidad, por Laurie Johnson y Robert Olshansky, muestra de qué manera las regiones metropolitanas pueden reedificar con el fin de tener una mayor resiliencia durante el proceso de reconstrucción posterior a las grandes catástrofes, desde terremotos, tsunamis y huracanes hasta ataques terroristas. Este nuevo Informe sobre Enfoque en Políticas de Suelo se inspira en la experiencia sin igual de los autores en identificar catástrofes en todo el mundo, dar asesoramiento para las tareas de recuperación y aprender cómo planificar ante catástrofes naturales con el fin de que, con posterioridad al proceso de recuperación, las comunidades queden en mejores condiciones que antes de la catástrofe.

El informe contiene lecciones derivadas de seis países que abordaron de diferentes maneras la recuperación de sus comunidades después de grandes catástrofes: en China, el terremoto de 2008 en Wenchuan; en Nueva Zelanda, los terremotos de 2010 y 2011 en Canterbury; en Japón, el terremoto de 1995 en Kobe, y el terremoto y el tsunami de 2011 en Tohoku; en India, el terremoto de 2001 en Gujarat; en Indonesia, el terremoto y el tsunami de 2004 en Sumatra; y en los Estados Unidos, el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 en el Bajo Manhattan, los huracanes Katrina y Rita de 2005, y el huracán Sandy de 2012.

Cada uno de estos gobiernos se enfrentó a una gran incertidumbre y tuvo que lograr un equilibrio entre la rapidez y la deliberación, y entre la restauración y el mejoramiento. Las catástrofes climatológicas y de otros tipos se han vuelto moneda corriente en muchas áreas metropolitanas, exacerbadas por los efectos del cambio climático, según afirma Armando Carbonell, fellow principal y presidente del directorio del Departamento de Planificación y Forma Urbana del Instituto Lincoln, quien destacó que este informe fue una consecuencia natural del trabajo que realiza el Instituto sobre adaptación al clima.

“Aunque no todas las catástrofes están relacionadas con el clima, las lecciones generales que podemos rescatar de la recuperación de las comunidades después de una catástrofe son relevantes en un mundo donde los efectos combinados del cambio climático y la urbanización darán como resultado una mayor incidencia de catástrofes”, afirma Carbonell. “La planificación previa y posterior a las catástrofes será fundamental para reducir el sufrimiento humano y las pérdidas económicas”.

Las consecuencias de una catástrofe natural de grandes dimensiones pueden afectar la suerte de una ciudad o región para siempre. La reconstrucción después de una catástrofe puede ser la oportunidad para solucionar problemas de larga data: mejorar las normas de construcción y diseño, renovar la infraestructura, establecer nuevos usos del suelo, reinventar las economías y mejorar la gobernabilidad. Si se lleva a cabo adecuadamente, la reconstrucción puede ayudar a romper el ciclo de efectos y pérdidas relacionados con las catástrofes, así como también mejorar la resiliencia de una ciudad o región.

Al día de hoy, tenemos muy pocos conocimientos sistemáticos sobre cómo lograr que la recuperación se realice correctamente. Cuando ocurre una catástrofe, los líderes de las comunidades afectadas son concientes de que carecen de la experiencia necesaria, por lo que buscan ayuda de las experiencias de otros. Por lo general, tratan de salir del paso, innovar y aprender sobre la marcha. Posteriormente, sin embargo, muchos se dan cuenta de que la recuperación podría haber sido más rápida, mejor y más fácil si hubieran sabido lo que han aprendido de estas experiencias. Según los autores, debido a que las experiencias en cuanto a la recuperación de catástrofes van en aumento, ha llegado el momento de organizar y sintetizar las lecciones que podemos extraer en común.

Al examinar los casos de estudio, los autores ofrecen las siguientes recomendaciones en cuanto a la recuperación, que reflejan ciertos principios fundamentales: la prioridad de la información, la participación de las partes interesadas y la transparencia:

  • Mejorar las estructuras y los sistemas de gobierno existentes para promover el flujo de información y la colaboración.
  • Hacer hincapié en la gestión de datos, la comunicación, la transparencia y la responsabilidad.
  • Planificar y actuar de manera simultánea, con un continuo trabajo de monitoreo, evaluación y corrección.
  • Presupuestar los costos de comunicación y planificación.
  • Aumentar la capacidad y facultar a los niveles gubernamentales más cercanos a la catástrofe para implementar medidas.
  • Evitar la reubicación permanente de residentes y comunidades, excepto en circunstancias excepcionales en las que la seguridad y el bienestar público estén en riesgo y sólo con la plena participación de los residentes.
  • Aunque la rapidez es importante, evitar el apresuramiento en la reconstrucción.

La recuperación después de grandes catástrofes siempre es compleja, lleva mucho tiempo y nunca se lleva a cabo con la rapidez suficiente que necesitan los residentes afectados. Sin embargo, el proceso puede mejorarse estableciendo expectativas más realistas desde el principio, trabajando para restaurar las comunidades y las economías en forma rápida y equitativa, facultando a las partes interesadas para participar en el proceso, solucionando los problemas preexistentes, garantizando la gobernabilidad para la recuperación a largo plazo, y reduciendo el riesgo de futuras catástrofes. Las estrategias premeditadas para gestionar catástrofes futuras fortalecen la resiliencia de la comunidad, es decir, su capacidad para sobrevivir, adaptarse y recuperarse de situaciones extremas.

A lo largo de los años, Johnson y Olshansky han publicado en forma conjunta varios trabajos, tales como Opportunity in Chaos: Rebuilding After the 1994 Northridge and 1995 Kobe Earthquakes (Una oportunidad en medio del caos: La reconstrucción después de los terremotos de 1994 en Northridge y de 1995 en Kobe) y Clear as Mud: Planning for the Rebuilding of New Orleans (Tan claro como el lodo: La planificación para reconstruir Nueva Orleáns). Además, los entrevistamos para la sección “Perfil académico” del número de abril de 2016 de Land Lines. El informe El día después de las grandes catástrofes: Cómo hicieron seis países para lograr la recuperación de la comunidad será muy útil para los planificadores urbanos, los funcionarios y empleados municipales, los gobiernos estatales y nacionales interesados en políticas urbanas, y las organizaciones de asistencia humanitaria ante catástrofes. Este informe forma parte de una serie de publicaciones del Instituto Lincoln que versan sobre la planificación para prevenir catástrofes naturales derivadas del cambio climático y la recuperación ante las mismas, tituladas Lessons from Sandy (Lecciones de Sandy) y Resilient Coastal City Regions (Regiones costeras urbanas resilientes); un informe que se publicará el próximo mes, titulado Buy-in for Buyouts (Participar para comprar); y el libro de próxima edición relacionado con estos temas, que se titulará Nature and Cities: The Ecological Imperative in Urban Planning and Design (La naturaleza y las ciudades: El imperativo ecológico en la planificación y el diseño urbanos).

Sobre los autores 

Laurie Johnson es una planificadora urbana con reconocimiento internacional, especializada en la recuperación ante catástrofes y la gestión de riesgos ante siniestros. Ha estudiado y asistido en la gestión de la recuperación de varias comunidades que han sufrido catástrofes a gran escala en los Estados Unidos y en todo el mundo. Se desempeña como científica visitante encargada de proyectos en el Centro del Pacífico de Investigación en Ingeniería de Terremotos de la Universidad de California-Berkeley, y es, además, presidente del directorio del Comité Nacional de Asesoramiento para la Reducción del Riesgo Sísmico de los Estados Unidos.

Robert Olshansky es profesor y jefe del Departamento de Planificación Urbana y Regional de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Su área de docencia e investigación es la planificación medioambiental y de uso del suelo, y se especializa en la planificación ante riesgos naturales. Ha publicado numerosos trabajos sobre planificación posterior a las catástrofes, planificación y políticas ante el riesgo sísmico, planificación de laderas y políticas de acción ante deslizamientos de tierra, y evaluación del impacto medioambiental.

Crédito: L. Johnson (2013)