Topic: Planificación urbana y regional

Espacio para pasear

La pandemia acentuó la necesidad de crear más parques urbanos. ¿Cuáles son los próximos pasos?
Por Kathleen McCormick, Octubre 7, 2020

 

En comunidades de todo el país, este año se ha visto un aumento drástico del uso de parques y espacios abiertos, donde la gente busca un refugio y un respiro de la pandemia de la COVID-19. Las pautas de salud pública recomiendan quedarse cerca de casa, y los residentes urbanos han estado usando los espacios públicos como nunca antes para ejercitar, estar en contacto con la naturaleza, socializar, comer o comprar con distanciamiento social. Han usado el espacio público para acceder a servicios esenciales y realizar protestas y manifestaciones. La pandemia elevó el valor de los parques y los lugares abiertos, y acentuó los beneficios que pueden obtener las ciudades si incrementan el espacio público y crean accesos más equitativos a ellos. También puso de relieve dificultades importantes; por ejemplo, cómo pagar los parques frente a una inminente crisis fiscal.

En muchas ciudades, la pandemia urgió a los dirigentes a implementar soluciones alternativas en vecindarios sin acceso a parques. El éxito de algunos proyectos flexibles, como ampliar las aceras y bicisendas o cerrar calles al tráfico, alentó a las ciudades a seguir pensando de forma creativa para el largo plazo. La COVID también suscitó debates sobre cómo la reinvención del espacio público y la creación de nuevas colaboraciones entre organismos públicos puede ayudar a los dirigentes de las ciudades a acercarse a objetivos urbanos clave, como promover opciones más seguras de movilidad activa, ampliar el acceso a oportunidades en barrios desatendidos, convertir tierras vacantes o infrautilizadas para uso público y desarrollar una mayor resiliencia ante el cambio climático. Por debajo de todo esto, continúa la presión por crear y mantener parques tradicionales, y garantizar el acceso equitativo a ellos.

La pandemia demostró que los parques son una infraestructura esencial”, dice Adrian Benepe, quien hasta hace poco era vicepresidente sénior y director de programas nacionales en Trust for Public Land (TPL), y fue comisionado de parques en la ciudad de Nueva York entre 2002 y 2012. “Es una gran paradoja que nunca se hayan usado o valorado más que ahora. Todo lo demás se cerró, y los parques fueron un último refugio”.

Incluso antes de la COVID, se había identificado que los parques y el esparcimiento eran una prioridad cada vez mayor en las ciudades de todas las regiones de los Estados Unidos. Según un análisis de 2019 realizado por la Liga Nacional de Ciudades, cerca del 63 por ciento de los alcaldes había esbozado planes u objetivos específicos relacionados con parques y esparcimiento en discursos recientes sobre el “estado de la ciudad”, en comparación con 2017, cuando apenas se llegó al 28 por ciento (Yadavalli 2019).

 


 

A medida que la pandemia continúa, muchos dirigentes de ciudades se hacen preguntas clave:

  • ¿Qué aprendimos de los parques públicos y los espacios abiertos durante la pandemia?
  • ¿Cuáles son las buenas prácticas para ofrecer acceso a los espacios públicos y expandirlos?
  • ¿Cómo accedemos a todas las comunidades y escuchamos sus necesidades con relación a los espacios abiertos?
  • ¿Cómo podemos cambiar la forma de pensar sobre los recursos espaciales de la ciudad? Y, quizás más importante, ¿dónde encontramos las tierras y los recursos financieros para desarrollar nuevos espacios?

 


 

Parques, salud pública y recuperación económica

En todo el país, hasta el 30 por ciento del territorio urbano suele estar ocupado por calles pavimentadas y estacionamientos. En contraste, los parques y los espacios abiertos ocupan apenas el 15 por ciento del suelo urbano. Pero una encuesta nacional que se realizó en mayo para la coalición 10 Minute Walk, que incluye a TPL, el Instituto de Suelo Urbano y la Asociación Nacional de Esparcimiento y Parques (NRPA, por sus siglas en inglés), confirmó el papel crucial que tienen los parques y los espacios verdes locales para mantener la salud física y mental y ayudar a las comunidades en el camino hacia la recuperación. Cerca del 81 por ciento de los 1.000 encuestados dijo que un mejor acceso a parques y espacios verdes locales podría ayudar a la gente a disfrutar del aire libre de forma segura cuando los estados se reabrieran (10 Minute Walk 2020). Dos tercios coincidieron en que los parques fueron importantes para mantener la salud física y mental, que el acceso a los parques locales se hizo más importante durante la crisis, y que su calidad de vida podría mejorar si tuvieran una mayor facilidad para acceder a un parque o un espacio verde cerca de su casa. Los encuestados que viven en ciudades mostraron más propensión a valorar los espacios verdes cercanos.

Estos puntos de datos tienen el respaldo de años de investigaciones que indican que los parques y los espacios abiertos ofrecen muchos “beneficios colaterales” en las áreas urbanas, donde vive el 80 por ciento de la población de los Estados Unidos. Según los estudios, un parque puede reducir el riesgo de estrés, obesidad, problemas respiratorios, cáncer y diabetes. Además, una mayor exposición a espacios verdes se ha asociado a más habilidades cognitivas, menos conductas agresivas y un mayor sentido de comunidad.

Los datos son claros: los parques y los espacios verdes nos tranquilizan y nos consuelan, nos relajan y nos ayudan a recuperarnos, reducen la ansiedad, la depresión y el estrés”, dice el Dr. Howard Frumkin, médico y epidemiólogo, en Parks and the Pandemic (Parques y la pandemia), un informe especial de TPL (TPL 2020b). Frumkin es profesor emérito en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Washington, y sugirió: “En esta pandemia y en las futuras, queremos combinar el distanciamiento físico y otras medidas de control de contagio con acceso universal a parques y espacios verdes, para ayudar a todas las personas a superar los malos momentos de la forma más segura posible”.

Además de los beneficios relacionados con la salud pública, los parques y espacios abiertos son muy valiosos como impulsores económicos. En una encuesta de la NRPA de 2019, el 85 por ciento de los encuestados dijeron que buscan parques y servicios de esparcimiento de alta calidad cuando eligen un lugar para vivir (NRPA 2019). Un sondeo de la NRPA de marzo de 2020 reveló que el 94 por ciento de los encuestados reconocen la importancia de que los gobiernos inviertan en infraestructura que fomente la actividad económica, como parques y senderos (NRPA 2020).

La cercanía a parques aumenta hasta un 20 por ciento el valor de las propiedades, lo cual a su vez aumenta la renta impositiva local. Además, los parques públicos y los espacios abiertos de buena calidad atraen a nuevas empresas y visitantes a las ciudades. En Detroit, la inauguración del parque Campus Martius, de US$ 19 millones y una hectárea, en 2004, atrajo a nuevas empresas y redesarrollo en el centro. En los últimos años atrajo a más de 2 millones de visitantes al año y ayudó a catalizar más de US$ 1.000 millones en inversiones inmobiliarias alrededor del parque, y se estiman miles de millones más para desarrollo en un proceso que también generará miles de empleos.

Las áreas urbanas también obtienen múltiples beneficios medioambientales de los parques y los espacios verdes. Los árboles absorben la contaminación y ahorran miles de millones de dólares al limpiar el aire; la sombra ayuda a reducir el efecto de isla de calor porque disminuye las temperaturas urbanas. La capacidad de los parques de absorber agua es cada vez más valiosa, no solo en zonas costeras y comunidades ribereñas, sino también para las ciudades que intentan controlar el agua pluvial con infraestructura verde. Como parte del programa Ciudad Verde, Agua Limpia de Filadelfia, que tiene un costo de US$ 4.500 millones y un plazo de 25 años (se trata de una colaboración entre los departamentos de Parques y Esparcimiento y de Agua que pretende capturar el 85 por ciento de la escorrentía de agua pluvial), la ciudad garantizó que incorporará 200 hectáreas de parques y espacios verdes en vecindarios desatendidos. Otras iniciativas locales, como el plan GreenFutures del Distrito Escolar de Filadelfia, la iniciativa Rebuild y el programa Parques para la Gente de TPL, contribuyen a la labor de expandir el acceso a los espacios verdes públicos en la ciudad.

Garantizar el acceso para todos

En los últimos años, las ciudades han explorado nuevas formas de crear más parques urbanos y espacios abiertos, pero “lo que es especial ahora es que la gente al fin se da cuenta de las desigualdades en el acceso a los parques y la necesidad urgente de que haya parques públicos cerca de donde las personas viven”, dice Alyia Gaskins, vicedirectora de programas de salud en el Centro para la Inversión Comunitaria (CCI, por sus siglas en inglés) del Instituto Lincoln de Políticas de Suelo. En el contexto de las recientes manifestaciones y debates sobre raza y racismo, dice: “la gente se está dando cuenta de que las comunidades negras y morenas no solo tienen más riesgo de contagiarse de COVID-19, sino que además suelen estar excluidas de los beneficios a la salud que ofrecen los parques”.

En todo el país, más de 100 millones de personas carecen de acceso seguro y fácil a parques que estén a menos de dos kilómetros de su casa, dice TPL. Ese número representa cerca del 28 por ciento de la población de los Estados Unidos, e incluye a 28 millones de niños. En las 100 ciudades más grandes de la nación, 11,2 millones de personas carecen de un acceso sencillo a estos espacios. La organización dice que, para garantizar que todas las personas de esas ciudades tengan un parque cerca, habría que sumar 8.300 parques a los 23.000 que ya existen.

Incluso si hay parques disponibles, existen desigualdades. Un estudio de TLP publicado en agosto evidenció que, en todo el país, el tamaño de los parques destinados a poblaciones de mayoría no blanca equivale a la mitad del de aquellos destinados a poblaciones de mayoría blanca, y la densidad de población es cinco veces mayor. En promedio, los parques destinados a hogares con mayoría de ingresos bajos tienen un cuarto del tamaño de los destinados a hogares con mayoría de ingresos altos, y la densidad de población es cuatro veces mayor (TPL 2020a).

Durante la pandemia, el modo en que los estados y las ciudades abordan la temática de parques y espacios abiertos ha variado mucho. Algunas ciudades cerraron las riberas y limitaron el acceso a los parques. Otras intentaron gestionar las muchedumbres mediante la implementación de controles, como ingreso cronometrado o letreros de sentido único. En el famoso sendero Katy Trail, en Dallas, en una sola de las entradas se observó un aumento de 22.834 visitantes a principios de marzo a 34.366 a fines de marzo. Los funcionarios instauraron un sistema voluntario que permitía el acceso en días alternados según la primera letra del apellido del visitante. Algunas ciudades prohibieron estacionar en parques atestados, lo cual suscitó cuestionamientos sobre igualdad a favor de las personas que no estaban cerca o no podían ir a pie o en bicicleta.

Para atender la creciente demanda de parques, otras ciudades convirtieron calles en espacios aptos para peatones. Durante los primeros meses del confinamiento, “los parques se convirtieron en el recurso más valioso de la ciudad”, dice J. Nicholas Williams, director del departamento de Parques, Esparcimiento y Desarrollo Joven de Oakland. Para ofrecer espacio de entretenimiento en barrios en que los parques estaban atestados o no existían, en abril Oakland cerró 120 kilómetros de calles a todo el tráfico, salvo vehículos de emergencia y tráfico local. La ciudad se basó en una red de calles que se habían identificado para un plan de bicicletas en 2019, que se había desarrollado con la participación de 3.500 residentes.

El programa Calles Lentas (del cual se replicaron algunas versiones desde Tucson, Arizona, hasta Providence, Rhode Island) fue bien recibido entre muchos residentes de Oakland, pero también recibió críticas porque el enfoque inicial se dio en vecindarios de mayoría blanca. Mediante un trabajo en conjunto con residentes y grupos comunitarios en zonas de mayor diversidad racial y económica, como el este de Oakland, Calles Lentas se expandió a nuevos barrios y se lanzó “Calles Lentas: Lugares Esenciales”, que mejoró la seguridad de los peatones en trayectos hacia servicios esenciales como tiendas de comestibles, sitios de distribución de alimentos y sitios de pruebas de COVID-19.

El programa Calles Lentas continúa, pero Williams dice que Oakland, cuya población creció un 10 por ciento en la última década y llegó a los 433.000 habitantes, se enfrenta a una necesidad mayor: “Oakland sigue creciendo . . . debemos apartar más tierras para parques y mejorar la equidad en el acceso a parques y espacios abiertos”.

Planificación de parques equitativos

Los parques urbanos son el núcleo de las ciudades resilientes y equitativas”, dice Catherine Nagel, directora ejecutiva de City Parks Alliance (CPA), una organización nacional independiente que ha trabajado con alcaldes para aprovechar más de US$ 190 millones y construir parques urbanos en comunidades desatendidas. “Nuestra investigación muestra algunas formas en que las ciudades pueden aumentar los beneficios en igualdad, salud y medioambiente: identificar nuevas fuentes de financiación, nuevas asociaciones que compartan costos y nuevas [fuentes de] apoyo”.

Las ciudades están financiando parques junto a sectores adyacentes, y recurren a departamentos de agua, vivienda y salud, o se asocian con ellos, para “buscar el respaldo de ámbitos que tradicionalmente no se vinculan con el mundo de los parques”, dice Nagel. Los desarrolladores inmobiliarios están construyendo parques públicos, y las ciudades se están asociando con distritos de mejora comercial y organizaciones sin fines de lucro para asumir las responsabilidades de programación y gestión. “Los parques son más complejos de lo que la gente cree”, dice Nagel. “Requieren trabajos intensivos de programación y mantenimiento, flujos de renta continuos y la capacidad de interactuar con las necesidades comunitarias locales y de los usuarios, y reflejarlas”.

Con el apoyo de la Fundación Robert Wood Johnson, CPA trabajó en iniciativas que analizan la manera en que las ciudades están reasignando dinero para tratar problemas de igualdad, hacen uso de fondos de sectores adyacentes, e innovan para mejorar la igualdad y obtener financiación. Equitable Park Funding Hub, de CPA, es una base de datos interactiva en línea que se lanzará en los próximos meses y presentará oportunidades para financiar parques relacionadas con terrenos abandonados, desarrollo comunitario y de mano de obra, conservación, mitigación del cambio climático e infraestructura verde e hídrica.

En Reclaiming Brownfields (Recuperar terrenos abandonados), la red Groundwork USA comparte ejemplos de proyectos de infraestructura verde y de parques que se centran en la posesión comunitaria y en mejoras en la igualdad en la salud para residentes vitalicios (Groundwork USA 2017). En un proyecto, Groundwork Denver ayudó a visualizar, planificar y obtener los fondos para transformar un terreno abandonado de 2,2 hectáreas en el Espacio Abierto Platte Farm, para el vecindario Globeville, en el norte de Denver. En el barrio latino, rodeado de antiguas plantas industriales y atravesado por vías interestatales, los residentes, en su mayoría de bajos ingresos, lograron que el proyecto restaure praderas nativas de césped corto e instale un jardín polinizador y senderos pavimentados para peatones y bicicletas. Con un subsidio de US$ 550.000 otorgado por el Departamento de Salud Pública y Medioambiente de Colorado, se pagó la construcción y el mantenimiento, que realizarán los departamentos de Parques y Esparcimiento y Transporte e Infraestructura, de la ciudad y el condado de Denver.

El proyecto de Denver es un claro ejemplo de cómo las ciudades pueden reconcebir los recursos actuales. Si bien casi ninguna tiene grandes trayectos de suelo vacante, dice Benepe, de TPL, podrían usar la creatividad para modernizar terrenos o sitios industriales abandonados, vertederos sanitarios o vados de tren o de servicios públicos en proyectos de alto perfil, como demostraron serlo High Line, en Nueva York, o el parque Millennium, en Chicago. Benepe dice que todas las ciudades deberían analizar la igualdad en sus sistemas de parques e identificar potenciales sitios para parques y espacios abiertos en barrios desatendidos.

Gaskins, del CCI, dice que el primer paso para planificar un parque equitativo es “conversar con las comunidades para conocer su visión de lo que esperan para estos espacios, ya sea la construcción de parques nuevos o el rediseño de los que ya existen”. Dice que la cercanía y el acceso son importantes, pero “también hay que considerar la calidad del parque y si la gente se siente bienvenida y segura”, tanto en el parque como en el camino para llegar a él.

Gaskins dice que, en particular en vecindarios afectados por el aburguesamiento, los residentes vitalicios suelen sentir que los servicios que se introducen con los nuevos desarrollos, como los parques, no están hechos para ellos. Para las iniciativas nuevas, los planificadores y otros funcionarios de las ciudades deberían procurar que exista un proceso sólido que involucre a la comunidad. “Los parques son más que infraestructura”, dice. “Ofrecen acceso a programas y servicios, espacios de reunión y oportunidades de empleo que también son importantes para fomentar la igualdad en la salud”.

Pagar los parques en tiempos de austeridad

Luego del colapso financiero de 2008, los presupuestos para parques fueron de los primeros en sufrir recortes y de los últimos puntos presupuestarios municipales en recuperarse. Entre 2009 y 2013, el gasto en parques cayó un 21,2 por ciento, dice la NRPA; y para 2013, los parques y el esparcimiento conformaban apenas el 1,9 por ciento de los gastos gubernamentales locales. En muchas ciudades grandes, el mantenimiento diferido de parques se calculó en miles de millones de dólares.

¿Los presupuestos de parques sufrirán el mismo destino en la era de la COVID? Una encuesta de la NRPA realizada a fines de junio a más de 400 dirigentes de parques y esparcimiento demostró que dos tercios de los organismos debieron reducir el gasto operativo del año fiscal entre un 10 y un 20 por ciento a partir del 1 de julio, y el 57 por ciento se enfrentaba a una disminución de entre el 50 y el 59 por ciento en la mediana de inversión en bienes de capital. Una de cada cinco de las personas encuestadas informó que su presupuesto de capital se había eliminado por completo (Roth 2020).

Los defensores de los parques advierten que los sistemas de parques de las ciudades llegaron a un punto de inflexión crítico: el uso intensivo y los recortes de presupuesto relacionados con la COVID presentan un riesgo de daños irreversibles en 2020 y en el futuro. Algunas personas dicen que es fundamental priorizar la financiación del mantenimiento, para garantizar que los parques y los espacios libres sean seguros y atractivos y se usen, mientras que otras dicen que las inversiones en nuevos proyectos capitales podrían ayudar más a estimular la economía para recuperarse de la COVID.

Rachel Banner, directora de acceso a parques de la NRPA, destaca que, probablemente, los presupuestos para parques, que dependen más de impuestos a la propiedad inmobiliaria, que se mantuvieron estables durante la pandemia, estén en mejor forma que aquellos que dependen, en su mayor parte, de la renta por impuestos a las ventas. “Es importante que haya diversidad en los flujos de renta”, dice Banner. “Hay que pensar en qué es lo mejor para adquirir capacidad de resistencia en una recesión económica, como recurrir a una variedad de fuentes”.

Una estrategia que según la NRPA tiene buenos resultados es asignar una proporción estándar de los fondos generales a parques y espacios abiertos, “en particular hoy, que son totalmente esenciales”. Banner dice que, para abordar la igualdad de parques en el presupuesto de capital, algunas ciudades usan criterios de priorización relacionados con factores como la calidad de los espacios parquizados, la antigüedad del equipo, el cumplimiento de la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades (ADA) y los datos demográficos del barrio, como ingresos, raza, resultados en salud y posesión de vehículos.

En muchas ciudades y condados, algunas campañas de impuestos exclusivos lograron obtener una porción importante de los fondos para parques y espacios abiertos. En marzo, los votantes de Oakland aprobaron Ballot Measure Q para crear un impuesto a 20 años, de cuya renta el 64 por ciento se destinará a parques, mantenimiento de paisajes y servicios recreativos, a partir del año fiscal 2020–2021. El triunfo de Measure Q demostró que los residentes de la ciudad “cambiaron la forma de reconocer el valor de los parques y los espacios abiertos”, dice Williams, director de parques de Oakland. Si bien Measure Q no ofrece financiamiento para espacios nuevos, dice, sí aborda la igualdad porque brinda fondos para mantener y programar parques comunitarios e individuales más pequeños. Según Williams, se estima que la medida obtendrá US$ 13,4 millones para los parques en el año fiscal 2020–2021, cifra que no se modificó con la revisión de presupuesto de mitad de ciclo en la ciudad que se realizó en los últimos meses, pero se seguirá evaluando.

Otra iniciativa definida por plebiscito que tuvo buenos resultados fue Measure 2A, en Denver, aprobada en 2018 y conocida como Parks Legacy Fund. Entre 2012 y 2017, la población de la ciudad creció un 11 por ciento, pero el espacio parquizado creció solo un 5 por ciento; además, los fondos para el mantenimiento de los parques de la ciudad, por el valor de US$ 130 millones, se aplazaron. En combinación con los fondos generales, se estimó que Parks Legacy Fund producirá US$ 37,5 millones al año para renovar parques, adquirir tierras y construir parques, senderos y espacios abiertos nuevos, priorizando a las comunidades más necesitadas. La ciudad pretende revisar el presupuesto para reflejar los impactos relacionados con la COVID en los próximos meses.

El año pasado, una medida definida por plebiscito en Nueva Orleans generó cientos de millones de dólares para parques en un lapso de 20 años, que priorizará zonas de bajos ingresos, según indica Bill Lee, vicepresidente sénior de políticas, defensa y relaciones gubernamentales de TPL. A pesar del impacto de la COVID en las economías locales, Lee es optimista sobre otras propuestas de financiación relacionadas con plebiscitos: “Más de tres cuartas partes de estas medidas se aprueban en momentos económicos buenos y malos, en estados de mayoría republicana y demócrata, porque la gente ve el valor de los parques y los espacios abiertos”.

La ciudad de Oklahoma da fe de esto. En noviembre de 2019, la ciudad abrió una sección de 14,5 hectáreas del parque Scissortail, en el núcleo de la ciudad, ubicada en tierras donde antes había edificios abandonados y basureros. Esta primera etapa del proyecto de US$ 132 millones incluye servicios como un parque de juegos, fuentes interactivas, una pista de patinaje, un café, un escenario, un lago con espacio para barcos y botes de alquiler, jardines demostrativos, un mercado de productos rurales, césped y ramblas, y casi 1.000 árboles.

El parque Scissortail está cerca del nuevo centro de convenciones de la ciudad y de la biblioteca, el estadio, la cancha de béisbol y el tranvía del centro; todos estos proyectos recibieron fondos del impuesto Proyectos del Área Metropolitana (MAPS), un impuesto a la venta en oferta aprobado por los votantes y creado en 1993 para pagar sin financiamiento proyectos de revitalización del centro y mejora de la calidad de vida de la ciudad. El parque es fruto de una asociación entre el sector público y el privado, y también recibió millones de dólares en donaciones. Además, obtiene ingresos por eventos y alquiler de equipos, patrocinios, concesionarios de alimentos y bebidas, membresías y subsidios. Luego de diez años de planificación y construcción, para 2022 incluirá 13,7 hectáreas más, que se extenderán hasta el río Oklahoma, con campos deportivos y zonas naturales, a los que se podrá acceder por un puente que cruzará la interestatal 40.

El parque Scissortail recibió una asignación fundamental en la tercera vuelta de fondos de MAPS; en diciembre de 2019, los votantes aprobaron una cuarta vuelta de MAPS, de la cual US$ 140 millones se destinarán a la transformación del barrio de la ciudad, parques comunitarios e instalaciones deportivas. Esto forma parte de una medida definida por plebiscito para barrios y servicios humanos, por US$ 978 millones.

Scissortail es nuestro espacio común cultural en el centro”, dijo Maureen Heffernan, directora ejecutiva y presidenta de la Fundación Scissortail Park, que gestiona el parque y lo mantuvo abierto durante la pandemia con eventos y programas limitados. Muchas personas expresaron su gratitud por el parque Scissortail y los jardines botánicos Myriad de la ciudad, que están cerca y que también gestiona Heffernan. “En los últimos meses, y más que nunca, los espacios verdes bien mantenidos de zonas urbanas han sido un recurso esencial para que la gente disfrute y se relaje”, dice. Los parques urbanos “son algo que todos quieren y quieren financiar, y son transformadores”, destaca Heffernan, y añade que a la ciudad de Oklahoma “en general no le gusta aumentar los impuestos, pero los residentes aprobaron el MAPS porque estos proyectos palpables marcan una diferencia drástica en la calidad de vida de la gente de aquí”.

Los defensores del parque también acuden a la legislación federal para obtener financiación. La Ley de Espacios Abiertos, que entró en vigencia en agosto, incluye financiación permanente de costos de petróleo y gas de otros países para el Fondo de Conservación de Tierras y Agua (LWCF, por sus siglas en inglés), lo cual pone a disposición US$ 900 millones al año para tierras públicas, como parques y senderos urbanos. El programa Outdoor Recreation Legacy Partnership (ORLP) del LWCF es una fuente de subsidios anuales para zonas urbanas con más de 50.000 residentes; el año pasado, otorgó subsidios por US$ 25 millones, que variaron entre US$ 300.000 y US$ 1 millón, y se priorizaron proyectos en zonas de bajos ingresos sin oportunidades de esparcimiento al aire libre.

Los defensores de parques también tienen el ojo puesto en potenciales fondos federales de estímulo. En mayo, 100 organizaciones, entre ellas TPL, CPA, la NRPA, la Asociación Estadounidense de Planificación y la Conferencia de Alcaldes de los Estados Unidos le pidieron al Congreso que incluya US$ 500 millones para empleos relacionados con la construcción o la renovación de parques en zonas urbanas de bajos ingresos, como parte de un futuro paquete de estímulo ante el coronavirus.

Asociaciones públicas y privadas

En algunos casos, las colaboraciones con organizaciones sin fines de lucro posibilitan la creación de parques. Western Reserve Land Conservancy (WRLC), una organización sin fines de lucro con base en Cleveland, conservó más de 24.000 hectáreas y creó más de 155 parques y reservas en la región desde fines de la década de 1990. WRLC recaudó más de US$ 400 millones para ayudar a bancos de tierras a demoler 40.000 propiedades abandonadas o vacantes en todo Ohio, y protegió tierras para comunidades de bajos ingresos hasta que se puedan convertir en parques, espacios verdes o sitios para viviendas asequibles y otros destinos.

Mediante su programa Reforestar nuestra Ciudad, plantó más de 10.000 árboles en Cleveland; compró un basural en un sitio junto al zoológico, limpió la contaminación y desarrolló el parque Brighton, de 10 hectáreas, que posee un sendero para peatones y bicicletas. El parque de US$ 1 millón se encuentra en una zona de alta densidad, y la inauguración se programó para octubre. El año que viene, se plantarán 1.000 árboles, y la gestión estará a cargo de Metroparks District, según indica Jim Rokakis, vicepresidente de WRLC y coautor de The Land Bank Revolution (La revolución de los bancos de tierras, Rokakis 2020). Además, WRLC está creando seis parques en el barrio Mount Pleasant de Cleveland, que serán de su propiedad o estarán bajo su gestión.

Otras ciudades dependen de empresas y apoyo filantrópico para financiar parques. Cerca del 90 por ciento del costo de US$ 19 millones del parque Campus Martius de Detroit y la infraestructura circundante fue financiado por corporaciones y fundaciones de la ciudad. La gestión del parque, que pertenece a la ciudad, está a cargo de Downtown Detroit Partnership. El Sendero Cultural de Indianápolis, un sendero para peatones y bicicletas de casi 13 kilómetros que conecta ocho distritos culturales en el centro de Indianápolis, se someterá a una expansión por el valor de US$ 30 millones, de los cuales US$ 20 millones son de Lilly Endowment, Inc., US$ 5 millones de la ciudad y US$ 1 millón de la Fundación Anthem.

Además, las ciudades se están asociando con desarrolladores privados para construir y operar nuevos parques y espacios abiertos. Desde 1993, la zonificación de la ribera en la ciudad de Nueva York exige a los desarrolladores que ofrezcan acceso público a esta. Esta zonificación provocó el redesarrollo de sitios industriales para convertirlos en diversos parques, que permiten el acceso público y aportan a la resiliencia ante el cambio climático.

El parque Domino, en East River, Brooklyn, de 2,4 hectáreas, se inauguró en 2018 y es parte de un sitio de 4,4 hectáreas que incluirá una adaptación para reutilizar la histórica refinería Domino Sugar, y 30 hectáreas de desarrollos de uso mixto, con 2.200 unidades de vivienda, de las cuales 700 serán asequibles. El desarrollador Two Trees Management, con base en Brooklyn, que invirtió US$ 50 millones para construir el parque y destina US$ 2 millones al año para su funcionamiento, trabajó en conjunto con la comunidad para identificar necesidades, como una calle de rápido acceso para que el parque se considere público de verdad. El parque, diseñado por James Corner Field Operations, incluye un malecón junto al río, instalaciones de esparcimiento, fuentes interactivas, un paseo de cinco cuadras con maquinaria fabril rescatada y 175 árboles. Ofrece acceso público a la ribera por primera vez en 160 años.

Otra opción prometedora de financiamiento es la devolución de valor territorial, un mecanismo mediante el cual las ciudades recuperan los aumentos en el valor de las propiedades ocasionados por la rezonificación o por las inversiones en infraestructura. Esta herramienta se conoce también como captura de valor territorial, y “será una manera efectiva de que las ciudades conviertan espacios infrautilizados en parques y espacios abiertos”, dice Enrique Silva, director de iniciativas internacionales del Instituto Lincoln.

Silva dice que las ciudades pueden recuperar aumentos de valor territorial relacionados con la zonificación para hacerse de tierras y pagar el desarrollo de parques. Además, pueden recuperar el valor mediante tasaciones más elevadas en el impuesto a la propiedad inmobiliaria, que generan una renta impositiva municipal mayor. Indica que los sitios vacantes que pertenecen a las ciudades y están destinados a edificios que, por ahora, estas no pueden construir también pueden convertirse en parques temporales o permanentes, y pueden generar nuevas oportunidades de captura de valor territorial. Algunas herramientas de planificación municipal, como tasaciones especiales y derechos de desarrollo transferibles, también pueden ayudar a financiar parques, espacios abiertos y mejoras en la infraestructura.

Los parques y los espacios abiertos pueden aumentar el valor en forma de resiliencia ante el cambio climático, y ahora, con la COVID, se considerarán un valor social agregado, dice Silva. “La sensación de que vale la pena invertir en parques y espacios abiertos como infraestructura pública es cada vez más fuerte. Este tipo de inversión adquirirá mayor relevancia a medida que se necesiten más espacios públicos”, dice Silva. “En la medida en que la COVID está obligando a todas las personas a reconsiderar el espacio público, y los lugares abiertos en las ciudades se valorizan cada vez más”, dice, ciertos pasos, como convertir calles para uso peatonal y establecer nuevos parques y espacios al aire libre, marcaran “el nuevo camino de la planificación”.

 


 

Encuesta sobre la pandemia y el espacio público

Una encuesta global realizada por Gehl, la empresa de diseño y planificación con base en Copenhague que rediseñó Times Square para peatones y ciclistas en la ciudad de Nueva York, revela la importancia del espacio público durante la pandemia. Se encuestó a cerca de 2.000 personas de 40 estados de los Estados Unidos, 68 países y casi todos los continentes, de las cuales unos dos tercios habitan en zonas urbanas. Las siguientes son algunas de las visiones que compartieron acerca del espacio público en sus vidas diarias:

  • El 66 por ciento usa espacios públicos cercanos al menos una vez al día, y el 16 por ciento los usa varias veces al día.
  • Algunos de los destinos del espacio público que más citaron son las calles y las aceras del barrio (87 por ciento), lugares esenciales como tiendas de comestibles (72 por ciento), parques del barrio (67 por ciento) y escaleras, patios o jardines (59 por ciento).
  • Dos tercios informaron que caminan más durante la pandemia; entre los propietarios de autos, la cifra fue del 69 por ciento.

Estas son algunas sugerencias de Gehl para mejorar el acceso y reducir la aglomeración de gente en parques y espacios abiertos:

  • Redistribuir los espacios para que se pueda caminar y andar en bicicleta y patines con mayor distanciamiento físico, mediante extensiones de las aceras, cierre de carriles de estacionamiento o cierre de calles en una cuadra o en varias cuadras.
  • Priorizar las medidas de redistribución de espacios en vecindarios sin acceso a pie (en menos de 15 minutos) a parques y servicios esenciales.
  • Expandir la cantidad de entradas o designar puertas exclusivas de entrada o salida para gestionar el flujo a los espacios públicos más congestionados.
  • Para apoyar a personas mayores y otras poblaciones vulnerables, procurar que los espacios públicos nuevos ofrezcan la posibilidad de sentarse a distancia segura y no solo de pasar por allí.

Fuente: Gehl (https://gehlpeople.com/blog/public-space-plays-vital-role-in-pandemic).

 


 

Kathleen McCormick, directora de Fountainhead Communications en Boulder, Colorado, escribe con frecuencia sobre comunidades saludables, sostenibles y con capacidad de recuperación.

 


 

Referencias

10 Minute Walk. n.d. “Our Research.” https://10minutewalk.org/#Our-research.

Groundwork USA. 2017. Reclaiming Brownfields: Highlights from the Groundwork USA Network.Yonkers, NY: Groundwork USA. https://groundworkusa.org/wp-content/uploads/2017/04/GWUSA-Brownfields-Highlights-2017.pdf.

NRPA (Asociación Nacional de Esparcimiento y Parques). 2020. The Economic Impact of Parks: An Examination of the Economic Impacts of Operations and Capital Spending by Local Park and Recreation Agencies on the U.S. Economy. Ashburn, VA: Asociación Nacional de Esparcimiento y Parques. https://www.nrpa.org/siteassets/research/economic-impact-study-summary-2020.pdf.

———. 2019. 2019 Engagement with Parks Report. Ashburn, VA: Asociación Nacional de Esparcimiento y Parques. Septiembre. https://www.nrpa.org/globalassets/engagement-survey-report-2019.pdf.

Rokakis, James, y Gus Frangos. 2020. The Land Bank Revolution: How Ohio’s Communities Fought Back Against the Foreclosure Crisis. Cleveland, Ohio: Parafine Press.

Roth, Kevin. 2020. “NRPA Parks Snapshot: June 24–26 Survey Results.” Open Space (blog), Asociación Nacional de Esparcimiento y Parques. 26 de junio. https://www.nrpa.org/blog/nrpa-parks-snapshot-june-24-26-survey-results/.

TPL (Trust for Public Land). 2020a. The Heat Is On: With Temperatures Rising and Quality Parks Too Few and Far Between, Communities of Color Face a Dangerous Disparity. San Francisco, CA: Trust for Public Land. https://www.tpl.org/sites/default/files/The-Heat-is-on_A-Trust-for-Public-Land_special-report.pdf.

———. 2020b. Parks and the Pandemic: A Trust for Public Land Special Report. San Francisco, CA: Trust for Public Land. https://www.tpl.org/parks-and-the-pandemic.

Yadavalli, Anita, Rose Kim, Christiana K. McFarland y Brooks Rainwater. 2019. State of the Cities 2019. Washington, DC: Liga Nacional de Ciudades. https://www.nlc.org/resource/state-of-the-cities-2019.

El escritorio del alcalde

Un saldo prioritario
Por Anthony Flint, Septiembre 2, 2020

 

Muriel Bowser alcanzó un protagonismo nacional este año por ser una voz destacada en la pandemia del coronavirus y el movimiento por la justicia racial. Bowser fue electa alcaldesa de Washington, DC, en 2014 y reelecta en 2018. Es una gran defensora del movimiento por otorgar categoría de estado a DC y ocupa un cargo único: es gobernadora y directora ejecutiva de condado, y también alcaldesa. Desde que asumió su cargo, ha buscado acelerar la producción de viviendas asequibles en el Distrito, que alberga a 706.000 personas en 176 kilómetros cuadrados y cuenta con un presupuesto de US$ 16.000 millones. Además, trabajó para diversificar la economía local, aumentar la satisfacción con los servicios de la ciudad e invertir en programas y políticas que apoyen a las familias. Bowser nació y creció en DC, inició su carrera política en 2004 como comisionada asesora de vecindarios para el barrio Riggs Park y en 2007 entró en el concejo del Distrito Electoral 4. Hace poco, nos cedió un tiempo de su agenda de alcaldesa de la capital de la nación para conectarse por correo electrónico con Anthony Flint, miembro sénior del Instituto Lincoln.

Anthony Flint: Asumió su cargo a principios de 2015. ¿Hubo algo que la pudo haber preparado para el 2020? ¿Cómo ve que se desarrollará lo que queda de este año turbulento? ¿Confía en la gestión ante el coronavirus?

Muriel Bowser: Como ciudad global, nos preparamos constantemente para un abanico de impactos y tensiones. Sin embargo, está claro que este es un evento inaudito que exigió una respuesta inaudita. Los residentes y las empresas hicieron sacrificios tremendos por la salud y la seguridad de la comunidad. Como Distrito, tenemos la suerte de que encaramos la crisis desde una posición de fortaleza. Eso nos permitió empezar a implementar muchos recursos de inmediato para proteger y apoyar a los residentes, como entregar alimentos para personas mayores, crear sitios de distribución gratuita de productos de almacén para quienes los necesitaran o establecer sitios de pruebas gratuitas en toda la ciudad y contratar enseguida cientos de rastreadores de contacto. Desde que comenzó la emergencia, nos hemos centrado mucho en seguir a la ciencia, oír a los expertos y mantener informada a la comunidad. Ojalá eso continúe hasta que podamos superar esto. Pero en general, estoy muy orgullosa de cómo respondió la población de Washington al desafío.

AF: ¿Qué expresa el mural de “Las vidas negras importan” sobre la calle 16th Street frente a la Casa Blanca (replicado en muchas otras ciudades) sobre la dinámica del dominio público y el cambio social?

MB: Decidí crear el Paseo “Las vidas negras importan” cuando las protestas pacíficas contra el racismo sistémico se encontraron con gas lacrimógeno, helicópteros federales y soldados camuflados ocupando nuestras calles locales. Y lo que hicimos fue crear un lugar donde la población estadounidense pudiera unirse para protestar y reparar, para crear estrategias y sanar. La población de todo el país se volcó a la calle para exigir un cambio. Ya sea mediante protestas o arte, o una combinación de protestas y arte, la gente está usando el dominio público para enviar un mensaje claro: que las vidas negras importan, que la humanidad negra importa, y que debemos saldar esta cuenta y reparar los sistemas rotos que perpetúan el racismo y la injusticia desde hace demasiado tiempo.

AF: En 2019, estableció un objetivo para 2025, de crear 36.000 unidades de vivienda nuevas (12.000 de ellas asequibles). ¿Cuáles son las cosas esenciales que deben ocurrir para crear más opciones de vivienda en Washington?

MB: Cuando asumí el cargo, llevamos a más del doble la inversión anual en el Fideicomiso para la Producción de Viviendas de DC, a US$ 100 millones al año. Es el mayor valor per cápita de todas las jurisdicciones. Y no solo estamos invirtiendo: estuvimos sacando ese dinero y poniéndolo en proyectos que producen y conservan miles de viviendas asequibles en toda nuestra ciudad. Pero debemos hacer más. Como usted destacó, en DC tenemos un objetivo grande: construir 36.000 viviendas nuevas para 2025, y que al menos un tercio de ellas sea asequible. El año pasado, nos convertimos en la primera ciudad de la nación en establecer metas de vivienda asequible por vecindario. Cuando anunciamos esas metas, también organizamos conversaciones comunitarias en vecindarios de toda la ciudad para debatir con los residentes sobre el legado persistente de las diversas prácticas discriminatorias y sobre cómo podemos trabajar en conjunto para mejorar. Algunas de las medidas que estamos tomando para lograrlo son: una reducción impositiva en zonas de alta necesidad, cambios en el programa de zonificación inclusiva y continuar con esas inversiones grandes (y estratégicas) del Fideicomiso para la Producción de Viviendas.

AF: Si la economía de la ciudad se recupera de la pandemia, es probable que Washington continúe con su historia de logros con relación al renacimiento urbano. ¿Qué políticas implementó para abordar el aburguesamiento y el desplazamiento, tanto residencial como comercial?

MB: Sé que Washington se podrá recuperar de esta pandemia. Aún tenemos más de 700.000 habitantes que tienen capacidad de recuperación y creatividad, y se centran en ayudar a sus pares a superar la situación; sobre esa base, sé que superaremos esto.

Cuando entramos en emergencia sanitaria pública, ya nos centramos mucho en construir una ciudad más inclusiva y procurar que los beneficios de nuestra prosperidad llegaran a más habitantes. Esta pandemia no hizo más que amplificar la importancia de nuestras labores por la igualdad. Y al avanzar con la respuesta y la recuperación, aún nos centramos en cómo nos acercamos a nuestras metas de vivienda, empleo, atención médica y más. Seguimos invirtiendo más de US$ 100 millones en viviendas asequibles. Estamos avanzando con nuestro plan estratégico para lograr que no haya más personas sin hogar, y abrimos refugios nuevos y más dignos en toda la ciudad. Los programas para adquirir una vivienda continúan. Observamos los números reales de las viviendas para ver cómo podemos ayudar a más residentes a quedarse y construir su futuro en DC.

Y también apoyamos a las pequeñas empresas y los emprendedores locales. Por ejemplo, hace poco anunciamos una nueva estrategia de inclusión equitativa que aumentará el acceso a oportunidades de desarrollo para organizaciones que pertenecen de forma total o mayoritaria a individuos de la población en desventaja social.

AF: ¿Qué tipo de importancia atribuye a la oficina de planificación de su ciudad, y por extensión, quién se está desempeñando bien en la práctica de planificación en otras ciudades?

MB: Es esencial no solo que planifiquemos para el crecimiento a largo plazo de DC, sino también que procuremos que el crecimiento refleje los valores de una ciudad inclusiva y dinámica. Mi Oficina de Planificación tiene un papel crucial en la promoción de nuestras metas de viviendas, y nos ayuda a construir una ciudad que trabaja para la población de todos los entornos y niveles de ingresos. Dado que la oficina de planificación puede ofrecer análisis de políticas, hacer consideraciones a largo plazo y tener un alcance comunitario, además de encargarse de las necesidades de implementación en cuanto a la zonificación y el uso territorial, para mí es uno de los organismos de la vivienda. Trabajan junto con el departamento de vivienda tradicional, la autoridad de viviendas sociales y el organismo de financiamiento de viviendas para analizar las viviendas y la capacidad de pago.

Respecto de otras ciudades, lo que es interesante es que en todo el país también están pasando muchas cosas fantásticas a nivel local, y las ciudades y los pueblos están creando soluciones innovadoras que están a la altura de sus necesidades únicas, desde Los Ángeles hasta Gary, Indiana, y Boston. Las ciudades son incubadoras de innovación, y si bien no siempre tenemos los mismos desafíos (por ejemplo, algunas ciudades tienen muchas personas y pocas viviendas, y otras tienen muchas viviendas y pocas personas), siempre estamos aprendiendo unas de otras.

AF: ¿Qué pueden hacer las ciudades ahora para enfrentar la crisis climática, que sigue avanzando, aunque en este momento esté eclipsada por las otras emergencias que estuvieron ocupando lugares más protagónicos?

MB: La justicia medioambiental debe ser parte de la conversación más amplia que tenemos a nivel nacional en este momento. Por ejemplo, sabemos que el daño causado por el cambio climático antropogénico tiene un impacto desproporcionado en las comunidades de color. Además, cuando observamos el impacto desproporcionado que la COVID-19 tiene en las personas negras estadounidenses, vemos el vínculo directo con el trabajo que debemos hacer para construir comunidades más saludables y con mayor capacidad de resistencia. Es toda una conversación sobre igualdad y justicia. En DC tenemos varios programas, como Solar for All, que se centran en combatir el cambio climático y a la vez responder a la desigualdad y otras disparidades. No debemos aislar estas problemáticas; podemos y debemos centrarnos en todo.

 


 

Fotografía: La alcaldesa Bowser observa el mural de “Las vidas negras importan” que encargó para la calle 16th Street, que lleva directo a la Casa Blanca. Crédito: Khalid Naji-Allah.

Regional Visioning

Utah's Wasatch Front Region Reflects on Two Decades of Scenario Planning
By Emma Zehner, Diciembre 16, 2020

 

In the late 1990s, the 10-county Greater Wasatch area of Utah faced the prospect of rapid population growth. Experts projected that by 2020, one million new residents would migrate to cities along the 140-mile-long urban corridor hugging the western edge of the Rocky Mountains and anchored by the state capital, Salt Lake City. The influx would represent a nearly 60-percent increase in population for the region, already home to four in five Utahns.

In an effort to plan for this growth, planners, developers, local government officials, and business leaders embarked on an exhaustive multiyear public outreach campaign, ultimately engaging more than 18,000 residents to develop a collective vision for 2020, with funding from foundation, corporate, and local and state government sources. The result was the Quality Growth Strategy, which has informed policy related to air quality, transportation, water use, housing, and more, in the ensuing decades. 

Envision Utah, the nonprofit formed as a result of this effort, recently assessed how close the region came to achieving its vision. The region has progressed in all areas of the plan, to different degrees. Similar to predictions, the population grew by about 954,000 residents. On the issue of transit, the number of people living within a half-mile of a transit stop was about 260,000 higher than if the region hadn’t changed the growth strategies it was using in the 1990s, but 300,000 people short of the goal of 608,000. On land use, if growth had continued along the same trajectory it was on in the 1990s, 130 new square miles would have been developed each decade. However, using tools identified in collaboration with the public to preserve open space and avoid sprawl, the region saw only 63 square miles of additional development per decade, saving an estimated $4.5 billion in infrastructure maintenance.

Scenario Planning for Public Engagement

At the center of the project in 1998 was a process called scenario planning, a practice that guides planners, community members, and other stakeholders through considerations of various futures and how to effectively respond to and plan for them. At the start of Envision Utah, leaders engaged the public in the development of several scenarios. During meetings, participants worked together, using tokens to indicate their growth preferences on printed maps. From there, outside consultants extracted common patterns and developed them into four future scenarios—ranging from the continued development of single-family homes and auto-centric infrastructure to walkable communities clustered around town centers. Scenario C, which represented a walkable future, emerged as the clear favorite, based on 17,500 survey responses from the community and additional input from in-person meetings. In the final stage of public outreach, residents ranked the strategies they thought the region should use to get to this scenario, which were incorporated into the final vision.

Since the initial Envision Utah effort, scenario planning has become an increasingly valued tool, in Utah and nationwide, for engaging the public and gaining buy-in. Scenarios allow planners to present data to the public that shows cause and effect, says Ryan Beck, the current vice president of planning at Envision Utah, which still uses scenario strategies in most of its current projects. Beck explains that planners can show the benefit of an approach without using without using technical terms that can be confusing and sometimes politically divisive.

“If you put real data in front of people and real outcomes, it is hard not to make a good decision,” Beck said.

Envision Utah also benefits from its role as a neutral, non-partisan facilitator. The visions and implementation strategies that emerge from Envision Utah’s processes are recommendations, and local officials can choose whether and how to implement them. “It doesn’t feel like anyone is telling them what to do,” Beck said. “That makes it more palatable.” This can help with tensions that sometimes arise between regional planning visions and a desire for local control, Cody Lutz, associate planner at Envision Utah, explained.

By combining factors like transportation and water demand, scenario planning is also a useful way to demonstrate the relationships between different sectors. “By engaging in scenario planning, we are able to think about the interactions between systems that don’t always get treated together,” said Ted Knowlton, deputy director at Wasatch Front Regional Council (WFRC), the Metropolitan Planning Organization for the Salt Lake region. WFRC is cohosting the Lincoln Institute’s upcoming Consortium for Scenario Planning Conference from January 13 through 15. “Transportation infrastructure ideas don’t always think about land use planning changes, real estate market impacts, but they should. That is the way the world actually works.”

Evolution of the Practice

In the years since Envision Utah, scenario planning has become baked into many planning processes in the state. “I think that each time it has happened, it has converted over more skeptics,” Knowlton said. “People have gotten to learn that this is the way to do good planning.“It has become the way of operating in Utah.”

Along the way, practices and tactics have evolved. In place of newspaper ads and radio interviews, planners rely more heavily on social media to reach constituents. Older software and spreadsheet-based modeling tools have been replaced with platforms like UrbanFootprint, a GIS-based scenario planning tool. 

Beck explained that, as tools have evolved, outputs have become more reliable. At the same time, Knowlton acknowledged, weakened news infrastructure and an increase in unreliable information has led to some resistance to trusting data that would have been accepted in the past.

Knowlton says that an enduring challenge is convincing members of the public that it is important to start thinking decades into the future. “Even if residents care about the future, they don’t always realize that we are actually talking about decisions that need to start being made now so that over time we get to the [desired] future.”

One tool Knowlton said can be helpful in making the planning process seem immediate and real is having residents focus on smaller areas, such as 15-by-15 mile areas, when evaluating scenarios. “This helps people tie a regional story to a scale with which they are more familiar,” Knowlton added.

Current Work

Envision Utah and the Wasatch Front Regional Council, which often collaborate are currently using scenario planning in a range of ongoing projects.

Both worked with business representatives, educational institutions, and local governments, on the recent 2050 visioning process for Point of the Mountain, an area that sits at the intersection of Wasatch Front’s Salt Lake and Utah County metropolitan areas. The resulting vision would establish the area as a high-tech economic hub, adding 150,000 jobs and increasing incomes, and significantly increasing the number of jobs accessible by transit. The transit strategies that came out of this visioning process were incorporated into the Wasatch Front Regional Council Regional Transportation Plan.

Other projects include Your Utah, Your Future, which used 52,000 survey responses to develop a 2050 statewide plan, and Valley Visioning, a plan for Utah County, one of the counties in the Wasatch Front region, which Envision Utah representatives will discuss at the Consortium for Scenario Planning conference in January.

 “We don’t have lessons learned in every aspect of scenario planning,” Knowlton said. “But in some places, like process design and the use of scenarios in a broader campaign, there is quite a bit that we can offer to other places trying to do similar projects.”

Registration for the Consortium for Scenario Planning conference, which will be held virtually January 13-15, is currently open, and includes all conference sessions, presentations, and networking events, as well as access to session recordings for three months following the conference. The conference includes tracks for all levels and interests and features a wide range of scenario planning applications, from pandemic and economic recovery to climate and natural hazards planning to planning for low-growth and legacy cities.

 


 

Emma Zehner is communications and publications editor at the Lincoln Institute of Land Policy.

Photograph: Participants at a public workshop for the Valley Visioning plan. Credit: Nathan Brown, Envision Utah.

 


 

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Great Lakes Communities Use Scenario Planning to Prepare for Rising Waters

 

 

 

Lincoln Institute Announces Winners of RFP Focused on Equity and Low-Growth Scenarios

Curso

Gestión del Suelo para la Vivienda Social y Espacialmente Inclusiva

Marzo 1, 2021 - Mayo 14, 2021

Free, ofrecido en español


Descripción

El curso aborda la segregación de la vivienda de los más pobres, los factores que la causan, sus efectos nocivos y las oportunidades que ofrecen las políticas de vivienda social integrada. Se analizan ideas comunes que favorecen la segregación en las ciudades, tales como la atención casi exclusiva a la formalidad en el acceso a la vivienda, la relación entre la desigualdad y la forma urbana, los efectos de la mezcla social en el valor de las propiedades y el comportamiento de los mercados inmobiliarios. También se examina la participación de las personas, las empresas y el gobierno en las políticas habitacionales, y se debaten conceptos y experiencias de programas públicos de viviendas socialmente integradas en diferentes países. 

Relevancia

Las políticas tradicionales de vivienda social restan importancia a la segregación y privilegian exclusivamente el acceso a la vivienda formal. Sin embargo, la segregación espacial reduce las oportunidades de familias y grupos vulnerables, y suele agravar problemas sociales como la violencia, la deserción escolar y el tráfico de drogas. Una buena localización trae oportunidades, mientras que una mala conlleva obstáculos. Ambas suelen ser el resultado de distintas acciones y políticas públicas,  por lo que estudiar y conocer la importancia que tiene una localización no segregada puede ser crucial para mejorar las políticas de suelo y de vivienda social.

Bajar la convocatoria


Detalles

Fecha(s)
Marzo 1, 2021 - Mayo 14, 2021
Período de postulación
Diciembre 7, 2020 - Enero 13, 2021
Selection Notification Date
Febrero 8, 2021 at 6:00 PM
Idioma
español
Costo
Free
Registration Fee
Free
Tipo de certificado o crédito
Lincoln Institute certificate

Palabras clave

vivienda, inequidad, planificación, pobreza, políticas públicas, segregación

Curso

Instrumentos de Planificación, Gestión y Financiamiento Urbano para la Mitigación y Adaptación Climática

Mayo 17, 2021 - Julio 11, 2021

Free, ofrecido en español


07/01/21: Las fechas del curso han cambiado, por lo que se ha extendido el plazo para postular.

 

Descripción

El curso aborda las alternativas que existen para enfrentar el cambio climático desde la perspectiva de las políticas de suelo, con la utilización de instrumentos de planificación, gestión y financiamiento urbano. Los contenidos se presentan de acuerdo al ciclo de la política pública. Se hace énfasis en:

  1. la relación entre urbanización y cambio climático (cómo identificar y definir los problemas climáticos);
  2. planificación (cómo se pueden incorporar aspectos climáticos en la planificación urbana);
  3. gestión y financiamiento (qué instrumentos de políticas de suelo se pueden utilizar para gestión y financiamiento climático); y
  4. monitoreo y evaluación (cuáles son y por qué son importantes las metodologías para medir y monitorear avances).

Hacia el final del curso, los alumnos realizan un taller integrador donde pueden aplicar los conocimientos aprendidos.

Relevancia

La urbanización y las actividades humanas de las ciudades producen gases de efecto invernadero con impacto en la temperatura ambiente, las precipitaciones y la capa de hielo, lo que genera islas de calor, sequías, inundaciones y aumento del nivel del mar. Esto tiene consecuencias en la infraestructura urbana, la disponibilidad de recursos básicos, y provoca la pérdida de ecosistemas y desplazamientos masivos de población, entre otros impactos.  A pesar de que las emisiones de gases totales de América Latina y el Caribe representan solo el 8,3% de las mundiales, la región es particularmente vulnerable al cambio climático debido a sus características (CEPAL, 2015). En este escenario, es urgente incrementar la resiliencia ante estos riesgos y reducir las emisiones de carbono de la región, especialmente a través de la implementación de políticas de suelo para la mitigación y adaptación climática.

Bajar la convocatoria


Detalles

Fecha(s)
Mayo 17, 2021 - Julio 11, 2021
Período de postulación
Diciembre 7, 2020 - Febrero 24, 2021
Selection Notification Date
Marzo 24, 2021 at 6:00 PM
Idioma
español
Costo
Free
Registration Fee
Free
Tipo de certificado o crédito
Lincoln Institute certificate

Palabras clave

mitigación climática, planificación ambiental, temas legales, gobierno local, planificación, políticas públicas

Mayor Kate Gallego speaks from a podium.

Mayor’s Desk

Phoenix Mayor Kate Gallego on Sustainability and Urban Form
By Anthony Flint, Noviembre 18, 2020

 

Phoenix is the fifth-largest city in the United States and the fastest-growing city in the country. For Mayor Kate Gallego—the second elected female mayor in Phoenix history and, at 39, the youngest big-city mayor in the United States—navigating that growth means prioritizing economic diversity, investments in infrastructure, and sustainability.

Gallego was elected in March 2019 to complete the term of a mayor who was heading to Congress, then reelected in November 2020. As a member of the Phoenix City Council, she led the campaign to pass a citywide transportation plan for Phoenix through 2050, which represented the country’s largest local government commitment to transportation infrastructure when it passed in 2015.

Before entering politics, Gallego worked on economic development for the Salt River Project, a not-for-profit water and energy utility that serves more than 2 million people in central Arizona. Just days after her reelection, Mayor Gallego spoke with Senior Fellow Anthony Flint. The interview kicks off a series of conversations with mayors of cities that are especially significant to the Lincoln Institute, which is celebrating its 75th anniversary in 2021. An edited transcript follows; listen to the full interview on the Land Matters podcast.

Anthony Flint: Congratulations on your reelection. What issues do you think motivated voters most in these tumultuous times?

Kate Gallego: Voters were looking for candidates who would deliver on real data-driven leadership and science-based decision-making. I come to this job with a background in economic development and an undergraduate environmental degree. My chemistry professor told us that the more chemistry you take, the less likely you [are] to move up in electoral politics. But I think 2020 may have been a different year where science matters to voters . . . Arizona voters wanted leadership that would take COVID-19 seriously, as well as challenges such as climate change and economic recovery.

For younger voters in particular, climate change was a very important issue. I ran for office as my community faced our hottest summer on record. In some communities, climate change may be a future issue, but in Phoenix, it was an issue facing us right now. Different generations describe it differently. So my dad tells me, if you can just do something about the heat in the summer here, you’ll definitely be reelected. A different lens, but I think the same outcome.

AF: How has the pandemic affected your urban planning efforts? Did it surface any unexpected opportunities?

KG: The pandemic really changed how people interact with their communities. We saw biking and walking more than double . . . what people tell us is they didn’t realize how much they enjoyed that form of moving about our communities, and they intend to keep some of those behavior changes . . . . We’re currently looking at how we can create more public spaces. Can we expand outdoor dining and let people interact more with each other?

Dr. Anthony Fauci has told us that the more time we can be spending outdoors, the better for fighting COVID-19. But that also has other great benefits. I serve as mayor of the city with the most acres of parks of any United States city, and this has been a record year for us enjoying those Phoenix parks . . . You can be in the middle of Phoenix on a hiking trail and some days you don’t see anyone else. So those amenities and the focus of our planning around parks has really improved this year.

We also continue to invest in our transportation system. We’ve decided to speed up investment in transit, which was a decision that we did have real debate over, that I think will allow us to move towards a more urban form. We’ve actually seen increased demand for urban living in Phoenix. We have more cranes in our downtown than ever before and we are regularly seeing applications for taller buildings than we have seen before. I understand there’s a real national dialogue about whether everyone will want to be in a suburban setting, but the market is going in a different direction in our downtown right now.

COVID-19 has also made us look at some of the key challenges facing our community such as affordable housing, the digital divide, and addressing food security, and we’ve made significant investments in those areas as well.

AF: Many might think of Phoenix as a place with abundant space for single-family homes, where a house with a small yard and driveway is relatively affordable. Yet the city has a big problem with homelessness. How did that happen?

KG: Phoenix competes for labor with cities such as San Francisco and San Diego and others, that still have a much more expensive cost of housing than we do. But affordable housing has been a real challenge for our community. Phoenix has been the fastest-growing city in the country. Although we have seen a pretty significant wage growth, it has not kept up with the huge increases in mortgages and rent that our community has faced. It’s good that people are so excited about our city and want to be part of it, but it’s been very difficult for our housing market.

The council just passed a plan on affordable housing including a goal to create or preserve 50,000 units in the next decade. We are looking at a variety of policy tools, and multifamily housing will have to be a big part of the solution if we are going to get the number of units that we need. So again, that may be moving us towards a more urban form of development.

AF: Opponents of the recent light rail expansion argued it would cost too much, but there also seemed to be some cultural backlash against urbanizing in that way. What was going on there?

KG: Our voters have voted time and time again to support our light rail system. The most recent time was a ballot proposition [to ban light rail] in 2019 shortly after I was elected. It failed in every single one of the council districts; it failed in the most Democratic precinct and the most Republican precinct in the city. Voters sent a strong message that they do want that more urban form of development and the opportunity that comes with the light rail system. We’ve seen significant investments in healthcare assets and affordable housing along the light rail. We’ve also seen school districts that can put more money in classrooms and in teacher salaries because they don’t have to pay for busing a significant number of students. We have really been pleased with its impact on our city when we have businesses coming to our community. They often ask for locations along light rail because they know it’s an amenity that their employees appreciate. So I consider it a success, but I know we’re going to keep talking about how and where we want to grow in Phoenix.


Phoenix, Arizona, is the fifth-largest city in the United States, and the fastest-growing city in the country. Credit: Jerry Ferguson via Flickr CC BY 2.0.

AF: We can’t talk about Phoenix and Arizona without talking about water. Where is the conversation currently in terms of innovation, technology, and conservation in the management of that resource?

KG: Speaking of our ambitious voters, they passed a plan for the City of Phoenix setting a goal that we be the most sustainable desert city. Water conservation has been a Phoenix value and will continue to be. The city already reuses nearly all wastewater on crops, wetlands, and energy production. We’ve done strong programs in banking water, repurposing water, and efficiency and conservation practices, many of which have become models for other communities.

We are planning ahead. We have many portions of our city that are dependent on the Colorado River, and that river system faces drought and may have even larger challenges in the future. So we’re trying to plan ahead and invest in infrastructure to address that, but also look at our forest ecosystem and other solutions to make sure that we can continue to deliver water and keep climate change front of mind. We’ve also had good luck with using green and sustainable bonds, which the city recently issued. It was time to invest in our infrastructure . . . partnerships with The Nature Conservancy and others have helped us look at how we manage water in a way that takes advantage of the natural ecosystem, whether stormwater filtration, or how we design our pavement solutions. So we’ve had some neat innovation. We have many companies in this community that are at the forefront of water use, as you would expect from a desert city, and I hope Phoenix will be a leader in helping other communities address water challenges.

AF: Finally, if you’ll indulge us: we will be celebrating our 75th anniversary soon; our founder established the Lincoln Foundation in 1946 in Phoenix, where he was also active in local philanthropy. Would you comment on the ways the stories of Phoenix and the Lincolns and this organization are intertwined?

KG: Absolutely. The Lincoln family has made a huge impact on Phoenix and our economy. One of our fastest-growing areas in terms of job growth has been our healthcare sector, and the HonorHealth network owes its heritage to John C. Lincoln. The John C. Lincoln Medical Center has been investing and helping us get through so many challenges, from COVID-19 to all the challenges facing a quickly growing city.

I want to recognize one Lincoln family member in particular: Joan Lincoln, who was one of the first women to lead an Arizona city as mayor [of Paradise Valley, 1984–1986; Joan was the wife of longtime Lincoln Institute Chair David C. Lincoln and mother of current Chair Katie Lincoln]. When I made my decision to run for mayor, none of the 15 largest cities in the country had a female mayor; many significant cities such as New York and Los Angeles still have not had one. But in Arizona, I’m nothing unusual. I’m not the first [woman to serve as] Phoenix mayor and I’m one of many [female] mayors throughout the valley. That wasn’t true when Joan paved the way. She really was an amazing pioneer and she’s made it more possible for candidates like myself to not be anything unusual. I’m grateful for her leadership.

 


 

Anthony Flint is a senior fellow at the Lincoln Institute of Land Policy and a contributing editor of Land Lines.

Photograph: Phoenix Mayor Kate Gallego has pursued an ambitious sustainability agenda for the city. She was reelected in November 2020. Credit: Mayor Kate Gallego via Twitter.

 


 

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